26 de octubre 2007 - 00:00

Dólar no para y el BCRA sangra por las reservas

Ayer fue otra jornada con fuerte demanda de público y empresas por el dólar. Néstor Kirchner ordenó que no debe superar los $ 3,20 y por ello la sangría de reservas. En 90 días ya se perdieron u$s 2.400 millones. Sólo ayer fueron u$s 180 millones los que se volcaron al mercado para compensar la firme demanda. Gran parte de las ventas de la jornada fueron operaciones pactadas a futuro, a fin de noviembrey diciembre. Por ello es que no se ve puntualmente la caída de reservas. Hay un gran interrogante en la plaza: ¿cuántos dólares el Central ya vendió a futuro? Trascendió que serían otros u$s 1.000 millones. Así, la situación en el mercado cambiario sigue siendo muy delicada, a la espera de señales concretas que tranquilicen la fuga de capitales que se viene observando diariamente.

Fue otro día de trabajo intenso para los operadores de la mesa de dinero del Banco Central, pero, a diferencia del miércoles, consiguieron doblegar en la hora final al dólar. La divisa terminó a $ 3,19 para la venta en las casas de cambio, un centavo menos que el día anterior y a $ 3,1780 en el Forex-MAE, el principal mercado mayorista.

El dólar abrió muy alto a $ 3,1830 y se fue afirmando en la primera hora del mercado. En las pantallas de los operadores, sólo el «bid» (compra) estaba cubierto por fuertes órdenes. El «offer» (venta) permanecía en blanco. El Banco Central pronto empezó a colocar órdenes en el «offer» a precios algo más bajos que los que estaba dispuesto a pagar el mercado.

Nunca dejó de abastecer de divisas a los demandantes y siempre los operadores del Central dieron la sensación de que iban a volcar a la plaza todos los dólares que fueran necesarios para mantener a la divisa por debajo del precio del día anterior.

La estrategia dio resultado. A las 14 se vieron las primeras manos privadas vendiendo y acelerando la baja del precio que terminó a $ 3,1780.

El costo en reservas fue algo menor esta vez, porque el Central vendió u$s 180 millones en los dos mercados: el Forex-MAE, donde operan los bancos; y el MEC, de los cambistas. En el MAE, el monto de negocios fue muy elevado porque las grandes empresas siguieron con sus coberturas. Allí se negociaron u$s 375 millones. En el MEC, donde se abastecen de dólares los cambistas, se negociaron u$s 186 millones, que es un monto muy elevado para esta plaza. Entre los dos mercados se hicieron u$s 561 millones, un volumen que es el doble de lo habitual.

El Central también fue vendedor de dólares en todas las posiciones de fin de mes, pero no tan activo como el día anterior.

En el Forex OCT para fin de octubre, el dólar quedó a $ 3,1775 (+0,05%); para noviembre, cerró en $ 3,1910 y fin de año marcó a $ 3,20 (+0,01%). Los plazos más largos alternaron subas y bajas, y eso terminó de dar una sensación de alivio a los operadores del Central. Pareció que lo peor había pasado.

  • Optimismo

    La sensación se reafirmó al ver las órdenes que entraron después del cierre. Para hoy quedó en las pantallas una paridad entre compras y ventas que alienta al optimismo porque quiere decir que aparecieron los vendedores. En el «offer» hay ventas por u$s 51 millones que piden por el dólar $ 3,1780, cuando el día anterior los vendedores no llegaban a los u$s 5 millones. En tanto, en el «bid», los compradores suman u$s 54 millones.

    Para hoy se espera un día menos tenso para el dólar. Tal vez el Central tenga que intervenir, pero los dólares que deberá volcar serán muy inferiores a los de los dos últimos días. Hay que recordar que el martes sólo vendió u$s 5 millones y al día siguiente intervino con u$s 200 millones para terminarayer volcando u$s 180 millones (un alto porcentaje fue en operaciones a futuro).

    Estos dos días sirvieron para fortalecer la sensación de que el Central es un jugador fuerte y con fichas. El problema es que debe enfrentar factores que no maneja simultáneamente, como enfrentar la suba del dólar y mantener la tasa de interés local baja, algo que en economía resulta imposible.

    De hecho, la gente está comprando dólares porque las tasas que le pagan por plazo fijo no la convencen. El problema es que deben inmovilizar su dinero por 30 días en época electoral. Muchos están añorando el plazo de 7 y 15 días. Tal vez sea hora de volver a esa modalidad para que la gente vuelva a ahorrar en los bancos y quitar presión al dólar.
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