Se cumplen dos años de la fecha en que el sendero de la economía argentina comenzó a dar un vuelco del cual aún el país no logra recuperarse y que, incluso, se profundizó dramáticamente a partir del coronavirus. Argentina había finalizado el 2017 a pedir del entonces presidente Mauricio Macri: el desempleo y la pobreza habían cerrado a la baja, la economía había crecido un 2,9% y Cambiemos había triunfado en las elecciones de medio término. Las proyecciones auguraban que se venía, por fin, un año par con crecimiento de la economía. Al fin y al cabo, pocos se imaginaban la tormenta que avecinaba al finalizar el cuarto mes de 2018.
Aniversario: a dos años de la crisis que aún atormenta al país
Fue ese miércoles cuando los principales fondos que venían financiando a la Argentina iniciaron la fuga. Y en la misma jornada el BCRA liquidó u$s1.472 M de sus reservas para que el dólar no escapara de los $20,50.
-
El PRO apoyó la iniciativa oficial para prohibir los tratamientos de hormonización en menores
-
PRO bonaerense: avanza operativo contención aunque creen que se enfrió el "efecto Valenzuela"

El expresidente, Mauricio Macri.
El miércoles 25 de abril de aquel año los principales fondos que venían financiado a la Argentina decidieron empezar a salir del país y se desató una corrida cambiaria. Aquel día, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se vio obligado a liquidar u$s1.472 millones de sus reservas para que la divisa no escapara más allá de los $20,55,
“La de ayer fue una jornada que quedará en la historia del macrismo en el poder. El Central se vio obligado a colocar una cifra llamativamente récord para poder contener la divisa”, indicaba la noticia de portada de este medio el 26 de abril de 2018. A continuación, el artículo señalaba: “En lo que va del año ya se sacrificaron reservas por u$s4.500 millones”.
El 8 de mayo de aquel año el valor minorista del dólar ya se colocaba en $22,90 y el Gobierno decidía acudir al Fondo Monetario Internacional para cubrir las necesidades de financiamiento que empezaron a surgir cuando los inversores le quitaron su apoyo a la Argentina. Para aquel entonces, desde la página de tapa de Ámbito se alertaba acerca de la fuga de capitales: “Una información aceleró la jugada oficial: en las últimas 48 horas, habían salido del país de manera masiva inversiones de no residentes por más de u$s1.000 millones. Pero no ya de posiciones en Lebac, sino en acciones de la Bolsa de Comercio y bonos de la deuda local”.
El 7 de junio de aquel año se conocieron los detalles del acuerdo con el FMI, que en principio iba a ser por u$s50 mil millones. Una semana después renunciaría a la presidencia del Banco Central Federico Sturzenegger y lo reemplazaría el hasta entonces ministro de Finanzas, Nicolás Caputo. El dólar ya costaba $28,43. Caputo no duró mucho y fue reemplazado por Guido Sandleris el 28 de septiembre, fecha en la cual la divisa norteamericana ya estaba en los $41,89.
Durante algún tiempo Sandleris logró mantener el dólar a raya, pero la tregua cambiaria terminó junto con las esperanzas electorales de Macri: el 12 de agosto de 2019, un día después que la fórmula Fernández-Fernández lograra un gran resultado en las elecciones primarias, el dólar saltó de $46,55 a $58,33. El macrismo primero colocó un cepo light que permitía comprar hasta 10 mil dólares por mes y luego lo cambió por un hard que admitía tan solo u$s200. Esta medida fue luego endurecida por la actual gestión que, le agregó un impuesto del 30% a la compra de dólares para ahorro. Hoy la moneda estadounidense se encuentra en torno a los $68,43, Sin embargo, la brecha con los cotizaciones alternativas puede llegar hasta el 80%.
Aquella corrida que se inició hace exactamente 2 años alteró de manera significativa la suerte política del anterior Gobierno y dejó a la Argentina al borde de una nueva cesación de pagos. Sin embargo, las cifras más contundentes son las sociales. El desempleo, que había bajado en 2018, volvió a superar los dos dígitos a mediados de 2019, la pobreza que entregó el macrismo fue del 35,5%, cuando en los mejores momentos había estado 10 puntos por debajo.
“El mundo venía tenso por varios aspectos: la Reserva Federal de Estados Unidos venía subiendo la tasa (ya que la economía norteamericana estaba recalentada), había juego de guerra entre Kim Jong-un y Donald Trump y se había desatado la guerra comercial entre EE.UU. y China”, resumió el CEO de FinGuru, Sebastián Maril. En ese contexto, Maril explicó: “Ya cualquier punto y coma fuera de lugar comenzaba a fomentar una toma de ganancias. Los mercados internacionales, hasta ahí, venían pum para arriba: pero el mundo estornudó y los países emergentes fueron los más perjudicados. Los más golpeados fueron Argentina y Turquía, pero nosotros sobresalimos porque el mundo financiero se había dado cuenta que el crecimiento no iba a ser sostenible, que subía el endeudamiento y que Macri no iba a llevar adelante los cambios estructurales que se exigían”.
Con el correr del tiempo, los distintos analistas han puesto su foco en distintos responsables: algunos señalan al tributo a la renta financiera que comenzó a regir justo en la semana que comenzó la corrida. Otros apuntan contra el entonces jefe de Gabinete, Marcos Peña, por aquella conferencia de prensa del 28 de diciembre de 2017, en la que muchos leyeron que el Gobierno le estaba quitando la iniciativa a Sturzenegger. Por otra parte, el propio Macri llegó a reconocer que él mismo le advertía a su equipo que había que enderezar el rumbo: “Siempre les decía a todos, cuidado que los mercados no te dan más plata y nos vamos a la mierda”, admitió hace algunos meses.
Más allá del combo explosivo, la quita de apoyo de los mercados a la Argentina tuvo su fecha iniciática y fue aquel 25 de abril. Hoy, dos años después, el país sigue sin reponerse del impacto y, encima, se le sumó una pandemia que lo agravó todo.
Dejá tu comentario