Quedarse posicionado en pesos hoy no es negocio. Con una inflación por encima de 20% anual, no atraen los depósitos a plazo fijo a 13% que, como máximo, se está pagando a grandes inversores. Tampoco lo es con la UIA presionando ya por un dólar más cerca de $ 3,30 y a tres días de las elecciones. Por primera vez desde la crisis de 2001, se observó ayer una jornada con tanta presión alcista en el mercado de cambios. El Banco Central perdió u$s 200 millones en reservas, pero igual la divisa trepó a $ 3,20 en casas de cambio. Incluso había algunas en las que estaba un centavo más alto y otras en las que directamente no se informaba el precio de venta. Se repitieron las imágenes de antaño, con largas filas en las casas de cambio. Además, por los controles aún vigentes desde la salida de la convertibilidad, hubo cartoneros «prestando» el DNI (una suerte de alquiler del documento, en realidad) con el objetivo de que el verdadero comprador no quedara registrado y pudiera superar, a la vez, el límite diario existente para la adquisición de moneda extranjera. También se observa que las cajas de seguridad vuelven a ser elegidas por ahorristas (no muchos) con todos los efectos negativos que ello trae aparejados inmediatamente para la economía.
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Todo es cuestión de expectativasen los mercados. Podrá decirse que hay aún u$s 42.900 millones en reservas. También que ingresarán divisas en los últimos dos meses por la cosecha. A eso se deben sumar las inversiones que tenían las AFJP en Brasil. Pero nada satisface al ahorrista ni a los directores financieros de las principales empresas. Se descree de la política cambiaria que impondrá el gobierno tras las elecciones de este domingo. Gane el oficialismo o no, todo es incierto para el inversor. Desde el gobierno, las medidas y declaraciones alientan la salida de capitales y el refugio en el dólar. Si se niega la inflación, se intervienen organismos y se idolatra el tipo de cambio alto, ¿qué otra expectativa pueden tener? Pero ahora, el dilema para el gobierno es que están en juego las reservas internacionales del Banco Central. ¿Hasta qué nivel estará dispuesto a sacrificarlas Néstor Kirchner? En un solo día perder u$s 200 millones es preocupante. ¿Dejará de vender dólares si se reducen a u$s 40.000 millones? Hasta el mercado ya resta del monto total de reservas los aproximadamente u$s 18.000 millones que corresponden a deuda a pagar por el BCRA (por las Lebac y Nobac). Se ingresa en una etapa en la que las decisiones del gobierno son claves para hacer frente a esta minicorrida cambiaria. De cómo se jueguen las cartas dependerá que rápidamente pase al olvido o, por el contrario, que siga evolucionando.
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