El objeto de cualquier comentario financiero es darles elementos a quienes lo leen para que decidan qué hacer con su dinero. El comentario puede ser frío y desapasionado o evidentemente tendencioso, pero siempre la responsabilidad última de cómo actuar está en manos del lector/inversor. Esto significa que si algo no debe hacer el comentarista (mientras no crea que el mercado está preso de alguna manía) es ir en contra de lo que deciden los inversores. Con poco más de 1.000 millones de papeles operados en el NYSE y a gatas superando los 1.200 millones en el NASDAQ, la rueda de ayer quedó como la tercera de volumen más bajo de 2004. Si esto sólo no alcanzara para graficar el paso al costado que dieron los inversores, tenemos los precios. Como es casi una costumbre, de los tres principales indicadores bursátiles, el más volátil durante la jornada fue el NASDAQ, que aun así apenas si se movió 0,73% entre el máximo y el mínimo, para quedar prácticamente sin cambios, al ceder un magro 0,13%. Para las Blue Chips el panorama no fue muy distinto ya que entre puntas apenas si movieron 0,48% y cerraron con una merma de 0,01% al encontrar la última anotación del Promedio Industrial en 9.814,66 puntos. Posiblemente el porqué más evidente de la pasividad inversora sea el más certero: se decidió aguardar a ver qué decía la Fed en apenas horas. ¿Eso significa que las cosas mejorarán hoy? Difícil saberlo. Ayer el NASDAQ y el Dow se desbarrancaron en la última media hora de operaciones, marcando un nuevo mínimo anual, mientras el petróleo rompió otro récord. Confiemos en que la Fed no nos dé hoy una sorpresa.
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