21 de octubre 2008 - 00:00

Moyano verá hoy a Cristina por blindaje antidespidos

Hugo Moyano
Hugo Moyano
Con agenda abierta, Hugo Moyano aterrizará esta noche en la Casa Rosada para descargar ante Cristina de Kirchner un riguroso rosario de demandas para que monte un «blindaje» para impedir que continúe la suspensión de personal que, hace dos semanas, detectó la CGT.

Será el segundo encuentro de la Presidente con la cúpula sindical. Pero a diferencia de la cita anterior, la de hoy estará cargada de tensiones: los gremios piden un dispositivo oficial para monitorear suspensiones y el capítulo horas extras.

Hasta ayer, fuera de libreto, se incorporará el respaldo de la CGT a la decisión de reformar el régimen de AFJP. Sobre ese tema, Moyano guarda un reclamo: quiere que el Estado asuma como garante de los haberes de los que se jubilaron en el sistema privado.

El camionero encabezará una comitiva acotada. En vez del consejo directivo, asistirá la «mesa chica», donde figuran Juan Belén y Antonio Caló (UOM), Héctor Daer (Sanidad), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y el moyanista Omar Viviani (taxistas).

Del pelotón que se verá con Cristina de Kirchner formarán parte, también, el colectivero Roberto Fernández y los «gordos» Armando Cavalieri (Comercio), Oscar Lescano (Luz y Fuerza) y José Pedraza (Unión Ferroviaria). La Presidente los recibirá junto a Sergio Massa y Carlos Tomada.

Desde la CGT surgió la primera alerta firme sobre el impacto de la crisis. Diez días atrás, en la reunión del consejo directivo se puso sobre la mesa un informe desordenado sobre cómo comenzaba a golpear el derrumbe financiero en la industria local.

Los gremios miraron todo con el prisma de la situación de los trabajadores y fueron, en ese marco, los que detectaron de inmediato que empezaron a recortarse horas extras, a eliminarse turnos especiales y, en casos extremos, hasta se dispusieron suspensiones.

SMATA de José Rodríguez fue el que planteó el panorama más complejo, sobre todo por lo ocurrido en la zona industrial de Córdoba. Pero hubo, también, comentarios desde la UOM, y hasta Camioneros, el gremio de Moyano, advirtió sobre la reducción de fletes hacia Brasil.

Con este panorama, Moyano y los demás caciques de la CGT le plantearán mañana ante la Presidente una serie de medidas para «amortiguar», según la definición de un dirigente, el efecto de la crisis en la economía argentina. En esencia, se enfocarán sobre cuatro puntos:  

  • Empleos. Que el gobierno, en concreto la Presidente, sea garante de un compromiso con los empresarios para que no se produzcan despidos. Para la CGT es razonable que se reduzcan las horas extras o que, incluso, se eliminen turnos especiales, pero advierten que debe existir una política puntual para impedir que haya expulsiones. En eso, para actuar sobre lo inmediato, se pedirá una intervención efectiva de Tomada como ministro de Trabajo.  

  • Salarios. En la misma línea se le pedirá a la Casa Rosada que intervenga para que no haya licuación de los salarios y en ese punto, sobre la hipótesis doble de «garantizar la estabilidad laboral y mantener el poder adquisitivo», aunque no sería tema de debate, la CGT seguirá planteando la necesidad de un plus de fin de año. «Esperaremos hasta diciembre para analizar el impacto de la crisis y de la inflación para ver cómo hacemos el planteo: si es general o se hace gremio por gremio», explicó ayer un miembro de la mesa chica.  

  • Financiamiento. Se le acercará a la Presidente otro pedido: que el gobierno también actúe para permitir que continúen los planes de financiamiento al consumo ( compras financiadas con tarjetas de crédito en varios pagos sin interés es el paradigma de la CGT). Apunta a la idea de mantener el consumo interno, aspecto que los gremios «quieren blindar» ante el acecho de la crisis internacional.  

  • Fronteras. Destacarán la decisión de la Casa Rosada de actuar «con rapidez» frente al riesgo de invasión de productos importados -elogiaron la decisión de la Aduana de estar alerta-, pero pedirán hacer un monitoreo permanente para detectar nuevos nichos que podrían verse afectados ante el riesgo de ingresos de los saldos de otros países.
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