30 de marzo 2022 - 21:11

Economistas analizan las causas de la pobreza y proyectan alza para el primer trimestre de 2022

La proyección de cantidad de argentinos en situación de pobreza por ingresos para el segundo semestre del 2021 se ubicó en 17,2 millones, sobre una población total estimada en 46,0 millones de personas (37,3% de la población), en base a estimaciones del INDEC. 

pobreza en argentina
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La proyección de cantidad de argentinos en situación de pobreza por ingresos para el segundo semestre del 2021 se ubicó en 17,2 millones, sobre una población total estimada en 46,0 millones de personas (37,3% de la población), en base a estimaciones del INDEC.

Con esto, desde el segundo semestre de 2017, la cantidad de personas en situación de pobreza subió en 5,8 millones. A razón de un promedio de 1,4 millones nuevos de pobres por año o 120 mil por mes.

En porcentaje de la población, si comparamos con solo 4 años atrás, la pobreza pasó de afectar al 25,7% al 37,3%, una suba de 11,6 puntos porcentuales.

Aldo Abram, Director Ejecutivo de Libertad y Progreso mencionó que “Una de las razones que empobrecen a los argentinos es el elevado impuesto inflacionario con el cuál los gobiernos financian los excesos de gasto público y que impactan más en los que menos tienen. La otra es que sin reformas estructurales que resuelvan los problemas de fondo de Argentina no hay inversión suficiente. Si a un empleado se lo hace trabajar con una máquina cada vez más vieja y “atada con alambres” producirá cada vez menos y, por ende, el poder de compra de su sueldo será cada vez menor; porque nadie le pagará más de lo que produce o la empresa quebraría. Eso le pasa al país cuando no se invierte.”

El economista Eugenio Marí destacó que “que cada vez más argentinos se encuentren bajo la línea de la pobreza es la consecuencia de insistir con un modelo económico que no funciona. Además, con cada año que pasa y que no se abren oportunidades de progreso sube la pobreza estructural y la infantil, lo que hipoteca el futuro del país”.

“El programa que acordó el gobierno con el FMI no ayuda a romper esta tendencia, básicamente porque no da incentivos de mediano plazo para la inversión y el crecimiento. Sin esto, es imposible pensar en que haya más trabajo y mejores salarios, algo imprescindible para reducir la pobreza”, agregó Marí.

Por su parte, el economista Diego Piccardo sostuvo que “no solo es preocupante el dato con una pobreza que sigue siendo muy alta, sino que también preocupa el hecho de que el gobierno tiene un diagnóstico equivocado del problema que tiene Argentina. Como consecuencia, la política económica no hace más que agravar la situación actual y posterga la implementación de reformas estructurales que el país necesita.”

“Mientras tanto, la sociedad sigue sufriendo una inflación que superará cómodamente el 50% este año, perjudicando principalmente a aquellos que tienen menores ingresos, empujándolos por debajo de la línea de la pobreza. El discurso errático del Presidente sobre el tema inflacionario no da señales de que se encare un programa serio para bajar la inflación” agregó Piccardo.

Agustín Salvia, de la Universidad Católica Argentina (UCA), destacó que "más allá de una racional solución de transición a la crisis de la deuda y las destructivas consecuencias de un default, no existen condiciones económicas ni políticas para que las mejoras alcanzadas formen parte de un proceso sostenible de estabilidad monetaria-fiscal, inversión, multiplicación de nuevas empresas, creación de empleo privado, mejoras en la productividad y en los salarios reales; en fin, un proceso que brinde reglas claras que hagan posible aumentar la demanda de empleo y mejorar la calidad de vida de la sociedad".

Agregó: "pero nada de eso está ocurriendo, por lo que cabe esperar que pasads la ola de consumo y la recuperación del empleo, la pobreza vuelva a niveles más cercanos del 40%, un nuevo piso de equilibrio paa un proceso que seguirá siendo estanflacionario".

Proyecciones para 2022

De acuerdo al Centro Economía Política Argentina (CEPA), casi terminando el primer trimestre de 2022 puede inferirse que los indicadores de pobreza e indigencia presentaran un estancamiento/incremento durante el primer semestre del presente año, dependiendo de las políticas que se apliquen. Vale mencionar que el primer trimestre mostrará peores resultados dado que no sólo se percibe inflación elevada, sino que coincide con salarios “viejos” y actualizaciones que aún no se implementan.

Los datos disponibles del primer trimestre de 2022 muestran un incremento significativo en la CBA en febrero de 2022, y estabilización en la CBT; un estancamiento en la evolución del RIPTE, de la AUH y la jubilación mínima; y una recuperación del SMVM desde abril del 2022, al igual que en el caso de los planes sociales.

La evolución de los precios en los alimentos- alcanzó valores muy significativos: a la inercia e inflación importada que se arrastraba se le suma el impacto de la guerra en el oriente europeo que generó un incremento sustancial los precios internacionales de los commodities alimentarios y de los combustibles. Aunado a esto último, un escenario de especulación oligopólica en economía doméstica que se exacerbó recientemente. El promedio de enero y febrero muestra un incremento en términos reales respecto al semestre anterior. Si bien en el caso de la CBT se percibe una leve baja, los aumentosde tarifas previstos para marzo/abril tendrán efectos en este indicador.

El acuerdo con el FMI limita la capacidad del gobierno para realizar políticas de ingresos contra cíclicas para apuntalar el ingreso de los trabajadores no registrados como por ejemplo bonos complementarios para los hogares perceptores de la AUH o un nuevo IFE. En la misma línea, se establecen límites para los subsidios a la energía y el transporte en un contexto de incremento de precios internacional. Indica el acuerdo con el organismo “discretionary increases in pensión outlays should be avoided as they would undermine the fiscal targets and sustentability of the system”. Sin embargo, ha trascendido la posibilidad del pago de un bono para las jubilaciones que podría alcanzar a unos 5 millones de personas, lo cual ayudaría a mejorar la situación en relación con la pobreza.

La Ley de solidaridad de 2019 limita la capacidad de desacople respecto de los precios internacionales al establecer un máximo al porcentaje de retenciones.

Así las cosas, el indicador podría mostrar una tendencia creciente en el primer trimestre de 2022 y decreciente en el segundo. Para aspirar a ello, en primer lugar, se debe lograr que los precios se estabilicen en los valores actuales, y que las paritarias (que se están cerrando a partir de abril) ayuden a compensar la pérdida de poder adquisitivo del primer trimestre. Asimismo, podrían fortalecer la estrategia de reducción de pobreza la entrega del bono extraordinario de ANSES a jubilados de la mínima, y, eventualmente, de perceptores de AUH y demás pensiones. Y, dada la cercanía entre el valor de la CBT y la mediana salarial, el aumento por decreto de salarios podría constituir otra buena herramienta para mejorar la situación.

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