7 de diciembre 2021 - 17:00

Según la UCA, la indigencia supera niveles de 2019 y se deteriora la clase media

Se presentó el informe "Crisis del empleo, pobreza de ingreso y privaciones sociales estructurales 2010-2021", con el foco en la pobreza y el desempleo en Argentina. Si bien el repunte económico permitió superar los niveles de 2020, aún se observan diferencias con los valores de prepandemia.

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Mariano Fuchila

A pesar de la recuperación sostenida de 2021, la pobreza y la indigencia alcanzan casi a la mitad de los habitantes del país. Si bien se observan mejoras en general, el dato marca que el 43,8% de la población en Argentina, es decir alrededor de 18,4 millones de personas, aún sigue sumergido en situación de pobreza. También se advierte un deterioro en el nivel de la clase media, como consecuencia de la crisis económica.

Así lo indicó el último informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), sobre empleo y pobreza en Argentina, entre 2010 y 2021. Aunque el nivel general de hoy muestra un descenso en las carencias de la población, las cifras aún se encuentran lejos de lo que ocurría en 2019.

Pobreza e indigencia

Respecto a la pobreza en general, el informe muestra que hubo una caída muy pequeña. De un 44,7% en 2020, ahora se ubica en un 43,8%, apenas un 0,9 por debajo.

De acuerdo a la investigación de la UCA, en el informe “Crisis del empleo, pobreza de ingreso y privaciones sociales estructurales 2010-2021”, ese 43,8% surge de la suma de dos categorías.

Por un lado, un 35% de pobreza, sector cuyos ingresos cubren la Canasta Básica Alimentaria (CBA) de acuerdo al Indec, pero no logran alcanzar cubrir otros gastos como vivienda, salud, educación, entre otras cosas.

Por el otro, un 8,8% de indigencia, como referencia al sector de la población más relegado en términos socioeconómicos. Este último dato es el más alarmante, ya que se trata de personas que no pueden satisfacer necesidades básicas de vivienda, alimentos, salud y educción.

Tomando el período 2020-2021, con los efectos de la cuarentena estricta, se verificó que hubo una leve caída de la indigencia, del 9,8% al 8,8. Por su parte, la pobreza pasó de 34,9 a 35 puntos en el último año.

Pero si se compara el nivel de indigencia registrado en 2019, que alcanzó un 8,4%, con los datos actualizados de 2021, el informe de la UCA demuestra que la indigencia aumentó en Argentina y superó la marca registrada hace dos años.

Según la UCA, este porcentaje de indigencia se mantiene “compensado” gracias a la cobertura de programas sociales (como AUH, subsidios, Tarjeta Alimentar, bolsones de comida, entre otras prestaciones), que permiten absorber el impacto de la crisis económica de forma parcial.

El relevamiento demostró que en 2021, si ese segmento de la población no hubiera tenido la ayuda del Estado, el porcentaje de indigencia alcanzaría 18,8%, es decir diez puntos más. Destacan así la importancia de los beneficios para la contención de los sectores más relegados.

Deterioro de las clases medias en la pobreza

Por otra parte, el informe de la UCA concluyó que hubo una caída de la clase media hacia la pobreza. Esta dinámica se potenció con la situación económica adversa que de la pandemia.

El repunte de 2021, que muestra una mejora respecto a 2020, aún no alcanza para recuperar lo perdido de los niveles previos a la pandemia. La mejora de ingresos se vio afectada sustancialmente por la inflación, de este modo los aumentos salariales fueron absorbidos por el incremento del costo de vida.

Un punto clave para entender el deterioro de la clase media es la capacidad de ahorro. El relevamiento de la UCA, de 2011 a 2021, mostró que hace diez años un 13,9% podía hacerlo de acuerdo a sus ingresos. Hoy esa cifra bajó a un 8,4%, por lo que menos trabajadores asalariados no tienen a posibilidad de hacerlo.

Otro punto que relevó el trabajo es la trayectoria de la pobreza, tomando como referencia el período 2019-2021. Allí, un 36,6% nunca estuvo en la pobreza, de acuerdo a su nivel de ingresos. Mientras que un 29,6% no pudo salir de esa situación, la cual afrontan desde hace años y da muestra del problema estructural sobre la distribución del ingreso y la generación del empleo genuino como salida para una reactivación y desarrollo en Argentina.

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