5 de octubre 2015 - 00:00

A los 81 murió el actor y dramaturgo “Tato” Pavlovsky

Además de su trayectoria en la dramaturgia y la actuación, Pavlovsky fue también pionero en el psicodrama en América Latina.
Además de su trayectoria en la dramaturgia y la actuación, Pavlovsky fue también pionero en el psicodrama en América Latina.
 Murió ayer a los 81 años el dramaturgo y actor Eduardo "Tato" Pavlovsky, también médico y psicoanalista que dio al teatro obras tan representadas y adaptadas como "El señor Galindez", "Potestad" y "La muerte de Marguerite Duras". Pavlovsky, nacido en Buenos Aires el 10 de diciembre de 1933, fue pionero del psicodrama en América Latina, una rama de la psicoterapia fundada en los EE.UU. por el rumano Jakob Levy Moreno, y que se sostiene en lo dramático-grupal como eje de acción. Así, el trabajo en grupo, el lazo dentro del consultorio, en los escenarios o los sets de filmación fueron definitorios en su trayectoria, que dio 20 obras teatrales y 15 libros teóricos entre ensayos sobre psicodrama, proceso creativo, cuerpo, psicoanálisis y una novela ("Sentido contrario").

Exiliado en España a fines de la década del 70, con reconocimientos y distinciones a nivel nacional e internacional, sus dos primeras piezas se habían estrenado en 1962, "La espera trágica" y "Somos", con él mismo como parte de su elenco.

Su última creación, "Asuntos pendientes", realizó su tercera temporada en el Centro Cultural de la Cooperación en abril de este año, y también se lo vio allí en escena luego de atravesar una compleja operación. Susy Evans (su mujer), Eduardo Misch, Paula Marrón y LucíAllende compartieron ese elenco.

La infancia silenciada fue uno de sus tópicos, ya desde "Potestad" (1987), trama acerca del robo de chicos en la dictadura, narrada desde la óptica de un represor, que fue llevada al cine por Luis D'Angiolillo en 2002, como también había sucedido con "El señor Galíndez", donde Héctor Alterio personificó a ese torturador de vida normal ante los ojos de sus vecinos, en versión de Rodolfo Kuhn (1984).

Como actor, en el cine se lo vio en quince largometrajes, entre ellos "El santo de la espada" (1970) de Torre Nilson, "Heroína" de Raúl de la Torre y "Los herederos" de David Stivel (1972), "Los chicos de la guerra" de Bebe Kamín y "Cuarteles de invierno", de Lautaro Murúa sobre la novela de Osvaldo Soriano (fue su único coprotagónico, junto con Oscar Ferrigno), "El exilio de Gardel" (1985) de Pino Solanas, con quien volvió a trabajar cuatro años después en "La nube", "Miss Mary", de María Luisa Bemberg (1986) y "Las mujeres llegan tarde" (2012), de Marcela Balza.

Como terapeuta tiene una vasta producción teórica plasmada en libros como el primer texto de psicodrama grupal en castellano, "Psicoterapia de grupo de niños y adolescentes", y estaba al frente de su propio espacio, Psicodrama Grupal Pavlovsky.

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