La Clase SL es uno de los modelos más emblemáticos de Mercedes-Benz. Logra un comportamiento dinámico unido a un confort de marcha que muy pocos convertibles pueden ofrecer.
Desde el mítico «alas de gaviota» de 1954, la Clase SL de Mercedes-Benz ha sido uno de los modelos más importantes para consolidar el prestigio y la imagen de la marca.
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A través de sus distintas generaciones, el SL siempre ha sido uno de los autos más soñados y fue utilizado en varias películas y series de televisión como indicador de auto exitoso, como ha sido mostrado en «Gigoló americano» y «Dallas», entre otras.
Sin duda, los convertibles de Mercedes han sido uno de los automóviles más importantes para consolidar su fama. Tuvimos la oportunidad de probar en España al Sl en su última generación, que une de forma soberbia el estilo clásico con ciertas tendencias de diseño modernas e innovadoras. Utilizado como auto de safety car en su versión deportiva AMG, el SL causa admiración en cualquier parte del mundo. Fabricado en Bremen, Alemania, utiliza la misma plataforma del Clase E. Un recorrido por Madrid, Valencia y otras ciudades de España nos permitió tener una prueba exclusiva con su versión más accesible SL 280, logrando ámbito Financiero ser el único medio argentino que ha probado este vehículo.
La mejor cualidad que tiene es el placer de manejo que se obtiene, logrando un comportamiento dinámico deportivo unido a un confort de marcha fuera de serie, digno de una berlina de lujo. El motor del modelo probado con seis cilindros con 231 CV es el mismo que en la Argentina está presente en versiones del Clase C y del GLK. En nuestro país, debido a su exclusividad, se decidió traerlo con el motor naftero de 8 cilindros con 388 CV a un valor de 204.000 dólares. Además, si esta versión no es suficiente, por 326.000 dólares se accede al más deportivo SL 65 AMG con un motor de 12 cilindros biturbo y una potencia de 612 CV.
Con el motor que probamos desarrolla una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora y acelera de 0 a 100 en 7,9 segundos. Además, consigue interesantes valores de elasticidad, como lo indican los 5,8 segundos que solicita para pasar de 80 a 120 kilómetros por hora. Los frenos merecen ser elogiados por el recorrido del pedal que permite graduar la frenada de manera poco usual y por las distancias de frenado obtenidas. Se detiene en sólo 36,4 metros de 100 kilómetros por hora a 0.
Está claro que en este nivel de auto, la excelencia y la calidad de los materiales y la terminación están de acuerdo con su precio, pero es interesante saber que en las pruebas de confiabilidad y reparaciones hechas por el Automóvil Club Alemán (ADAC) y varios organismos de Estados Unidos, el Mercedes-Benz SL, junto con el Porsche 911 y varios modelos de Lexus del grupo Toyota, suele estar entre los autos más confiables del mundo.
Los puntos para mejorar son la rueda de auxilio temporal y la ausencia de ciertos elementos de seguridad creados por Mercedes-Benz que deberían ser de serie en el SL, como el radar anticolisión (nació en 1998 con el nombre Distronic), el sistema de anticipo al accidente pre-safe (desarrollado en 2002) y la visión nocturna presente en la Clase S desde 2005.
En suma, el SL continúa siendo uno de los convertibles más deseados del mundo y eso tiene su precio.
A FAVOR:
Calidad de materiales. Confiabilidad. Comportamiento dinámico. Confort de marcha. Diseño. Frenos. Posición de manejo. Terminación.
EN CONTRA:
Rueda de auxilio temporal. Sin radar anticolisión, sistema pre-safe ni visión nocturna.
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