Los funcionarios vaticanos, convocados por primera vez desde que la Santa Sede firmó el estatuto de la ONU sobre los derechos del niño en 1990, argumentaron que la Iglesia reconoció el problema y estableció pautas claras para proteger a los menores.
Pero miembros del Comité de Naciones Unidas por los Derechos del Niño y las víctimas de abusos que asistieron a la sesión exigieron más transparencia sobre un escándalo que persigue a la institución católica desde hace más de dos décadas en todo el mundo.
Kirsten Sandberg, presidenta del comité de 18 miembros, instó a los delegados del Vaticano a transparentar los procedimientos. "La visión del comité es que la mejor manera de evitar abusos es revelar los previos, transparencia en vez de barrer los delitos debajo de la alfombra", dijo.
La experta presionó reiteradamente a los funcionarios para que se abran archivos sobre delitos ocurridos y se paguen compensaciones a víctimas de violación por parte de sacerdotes.
"Tomamos sus preguntas con seriedad, pero no estamos en una posición de responderle ahora", dijo el arzobispo Silvano Tomasi, quien encabeza la delegación religiosa. "Todo este problema es una herida que daña a la Iglesia y a la comunidad de la fe", reconoció.
En más de cinco horas de sesión, la única referencia a cifras sobre los casos de los que tuvo conocimiento la institución la hizo Tomasi, quien señaló que para 2012 se habían documentado 612 casos de abuso sexual que involucraban a personal del clero, de los que "465 eran más serios" y "418 fueron abusos de menores".
Sin dar detalles, destacó que se formuló una serie de "directivas" en la materia para facilitar el trabajo de las parroquias y recordó que la Santa Sede sólo es responsable de la aplicación de la convención de la ONU sobre derechos del niño en el territorio de la Ciudad del Vaticano, donde viven apenas 36 niños.
Un argumento en el que abundó ayer, en declaraciones a Radio Vaticano, el portavoz Federico Lombardi.
Mientras en Ginebra transcurría la primera comparecencia del Vaticano ante Naciones Unidas, en Roma el papa Francisco se dirigió a los fieles en una misa en la que afirmó que los abusos son la vergüenza del clero.
"¿Nos avergonzamos de esos escándalos, de las derrotas de curas, obispos y laicos? La Palabra de Dios en esos escándalos era rara. ¡No tenían un vínculo con Dios! Tenían una posición en la Iglesia, una posición de poder, también de comodidad. ¡Pero la Palabra de Dios, no!", subrayó. "Tantos escándalos que no quiero mencionar singularmente, pero todos lo sabemos. Sabemos dónde están. Escándalos, algunos que hicieron pagar tanto dinero, está bien. Se debe hacer así. ¡La vergüenza de la Iglesia!", enfatizó.
Barbara Blaine, presidenta de la Red de Sobrevivientes de personas abusadas por sacerdotes (SNAP por su sigla en inglés), que tiene 15.000 miembros estadounidenses y 4.000 extranjeros desde que se lanzó 25 años atrás, dijo que la respuesta del Vaticano ante el comité no se acercaba a lo que las víctimas querían.
"Lo que queremos es ver que el Vaticano castigue a los obispos que encubrieron los crímenes sexuales y queremos que entreguen la información que tengan sobre delitos a la Policía", afirmó.
Para varios observadores presentes en la comparecencia, Tomasi y su equipo sólo hablaron de medidas generales y que en distintos momentos aludieron a que este tipo de casos deben ser abordados a nivel local.
Agencias Reuters, EFE, AFP y ANSA |
Dejá tu comentario