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Comprendiendo la biodinámica
Este modelo agropecuario tiene sus inicios en el año 1924 a través de Rudolf Steiner, quién generó en ese año ocho conferencias en la actual Polonia como respuesta a pedido de los agricultores que encontraban altos niveles de degradación de sus suelos, acompañados por enfermedades y caída de la calidad tanto en los cultivos como en el ganado, consecuencia de la incorporación de fertilizantes químicos. De allí tuvo un salto importante hasta Australia, donde los primeros preparados biodinámicos fueron hechos por Ernesto Genoni en Melbourne en 1927 y por Bob Williams en Sídney en 1939. En 1938 se fundó en Estados Unidos la Asociación de Jardinería y Agricultura Biodinámica, y desde la década del 50, los trabajos de investigación han continuado en el Instituto de Investigación Biodinámica (BDRI) en Powelltown, cerca de Melbourne, Australia, bajo la dirección de Alexei Podolinsky. En 1989 surgió la Agricultura Biodinámica Australia como una asociación sin fines de lucro y llegó actualmente a estar en forma activa en al menos 70 países.
Para comprender a la biodinámica hay que lograr interpretar el suelo como un organismo vivo, al cual hay que nutrirlo y fortalecerlo a través de la generación de vida para lograr el equilibrio donde la naturaleza regule y logre generar su propio sistema inmunológico. Aplicando mi Modelo del Rulemán, usado por el United Nations Development Program, podemos explicar cómo la biodinámica hace foco en los productos, siendo representado gráficamente como cada bolilla del rulemán, a lograr acrecentar las sinergias que es el espacio lubricado de interdependencia y aprovechamiento en conjunto.
Los agricultores biodinámicos conciben la granja como una entidad orgánica que a su vez contiene organismos interdependientes. Se hace hincapié en la integración de los cultivos y la ganadería, el reciclaje de nutrientes, el mantenimiento del suelo, y la salud y el bienestar de los cultivos y los animales; el productor también es parte del todo. Los abonos verdes y rotación de cultivos son ampliamente utilizados. El calendario de siembras, labores culturales y cosechas, surgen de la observación de los planetas y las estrellas, reivindicando los conocimientos ancestrales, y pudiendo comprobarse así como la luna tiene efectos directos sobre el agua del planeta, el resto de los astros lo tiene en cada etapa de la agricultura. Esta agricultura del conocimiento permite posicionar los productos de mejor manera, y acceder a nichos de mercado altamente rentables.
(*) Lic. en Economía y Administración Agraria - consultor en Agronegocios.
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