2 de diciembre 2009 - 00:00

Cristina: “La culpa es de los países desarrollados”

Cristina de Kirchner, siempre expresiva, repartió quejas y elogios a su paso por Portugal: así como condenó a los países desarrollados por la contaminación, agradeció a España y Portugal su apoyo por las islas Malvinas.
Cristina de Kirchner, siempre expresiva, repartió quejas y elogios a su paso por Portugal: así como condenó a los países desarrollados por la contaminación, agradeció a España y Portugal su apoyo por las islas Malvinas.
Estoril, Portugal - Cristina de Kirchner dijo ayer, de cara a la próxima cumbre de cambio climático en Copenhague, que «los países desarrollados, obviamente, son los que mayor pasivo ambiental han producido», por lo que la discusión es «quién asume mayor grado de responsabilidad». En una conferencia de prensa al término de la cumbre Iberoamericana, la Presidente recordó que ya surgieron algunas diferencias entre las posturas de los diferentes países en la reunión del G-20 en Pittsburgh en setiembre pasado. Cristina sostuvo que «esa contaminación data de hace mucho tiempo, porque han tenido la suerte de poder agregar valor e industrializar sus materias primas o las que recibían de los países emergentes, de los países en vías de desarrollo».

La mandataria -que estaba acompañada por el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias; el presidente de Portugal, Cavaco Silva, y el primer ministro, José Sócrates- dijo que resolver el grado de responsabilidad de cada nación es una de las claves para la cumbre que se realizará en Copenhague del 7 al 18 de diciembre. «La otra de las claves es el tema de las metas, que puedan ser cumplidas, porque paralelamente al tema de contaminación ambiental y calentamiento global estamos en un momento de crisis económica global, donde ha decrecido la actividad económica mundial, con la destrucción de empleos y con la tragedia social que esto puede significar», amplió.

Sostuvo, a su vez, que existe por parte de todos un compromiso a aumentar la actividad económica, y que los mandatarios son conscientes de los plazos para ir renovando la combustión fósil, que es la que alimenta mayormente los procesos industriales y por lo tanto la actividad económica. «Todos sabemos que para mantener un determinado nivel de actividad económica, de puntos de crecimiento del PBI de China o de los grandes países industrializados, se requiere todavía una utilización bastante importante de combustión fósil», dijo.

En ese sentido, explicó que en realidad «lo que estamos planteando serían dos ejes fundamentales: por un lado el tema del pasivo ambiental y quién lo asume, y por el otro lado la consistencia en las metas, que se pueden fijar declamativamente, porque decimos que se va a crecer a un 7%, 8% o 9% para retomar el nivel de actividad mundial, y por lo tanto ser motor y locomotora de la economía mundial, y al mismo tiempo se dice que se van a reducir los gases».

«Si al presidente de Portugal le gusta la economía también le debe gustar la consistencia de los datos económicos; uno puede ponerse metas, pero tienen que tener consistencia para ser viables. Si uno mira las metas que se habían fijado del milenio en materia de pobreza y educación, y que ya están por vencer en 2015, veremos que esas metas no van a poder ser cumplidas», advirtió Cristina de Kirchner y siguió: «Fíjese usted que esas eran metas que demandaban inversión, destinar en lugar de capital a la especulación financiera o a la economía casino, haberlas dedicado, por ejemplo, a la educación o a otras cuestiones y no se hizo».

Afirmó que la utilización de combustibles fósiles debe sustituirse en un determinado lapso por otros que no sean contaminantes. «Realmente es ésa la consistencia de los números que tenemos que mirar para no fijar metas que luego no puedan ser cumplidas. Por eso digo que lo que es importante no es solamente lograr objetivos declamativos, sino que puedan cumplirse, si no más que objetivos son expresiones de deseo».

Para concluir, habló de la responsabilidad de los mandatarios en ese cambio: «Los hombres y mujeres de Gobierno estamos obligados no a dar expresiones de deseo, sino a fijar objetivos».

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