16 de marzo 2012 - 00:00

Cuba: difícil trance para la Iglesia ante la visita del Papa

Raúl Castro
Raúl Castro
La Habana - El duro rechazo de la Iglesia Católica de Cuba a las «ocupaciones» de templos por grupos de opositores parece reflejar su interés de preservar contra viento y marea el éxito de la visita del papa Benedicto XVI a ese país a fines de mes.

Trece personas que la propia Iglesia describió como «disidentes» se mantenían ayer dentro de un templo devoto de la virgen de la Caridad del Cobre, en el centro de La Habana, pese a los esfuerzos diplomáticos eclesiásticos que comenzaron el martes en la noche sin la participación de las autoridades cubanas.

El grupo dijo al sacerdote del santuario, Roberto Betancourt, que «tenían un mensaje para el Santo Padre Benedicto XVI y una serie de demandas sociales y se negaban a abandonar el templo», explicó una nota del Arzobispado de La Habana.

«El canciller de la arquidiócesis de La Habana, monseñor Ramón Suárez Polcari, quien igualmente escuchó sus peticiones, les aseguró que el mensaje sería trasmitido y les pidió abandonar el templo para el cierre, a la hora acostumbrada, lo cual rechazaron», explicó el comunicado del miércoles.

Para la Iglesia, según la nota de su portavoz Orlando Márquez, se trata de una estrategia preparada y coordinada por grupos en varias regiones del país. «No es un hecho fortuito, sino bien pensado, y al parecer con el propósito de crear situaciones críticas a medida que se acerca la visita del papa Benedicto XVI a Cuba», dijo.

Agregó que la ocupación de templos por opositores es «ciertamente un acto ilegítimo e irresponsable» y «nadie tiene derecho a perturbar el espíritu celebrativo de los fieles cubanos, y de muchos otros ciudadanos, que aguardan con júbilo y esperanza la visita del Santo Padre a Cuba».

Esos acontecimientos ocurren en un momento en el cual la Iglesia y el Gobierno del presidente Raúl Castro colaboran en los preparativos de la visita del Papa y en que de manera inusual, la prensa local, toda estatal, publica casi cada día artículos y comentarios sobre el Pontífice y el Vaticano.

La televisión nacional pasa, además, avisos que anuncian la visita papal con imágenes de Benedicto XVI y la Iglesia desarrolla actos públicos con el fin de divulgar la fe católica.

Todo ello, algo sin precedentes, parece el resultado de un diálogo iniciado por el presidente Castro con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, y otras personalidades de la Iglesia Católica a mediados de 2010.

Un resultado importante de tal diálogo fueron las liberaciones de más de un centenar de presos considerados políticos, entre ellos los 75 que fueron juzgados y condenados a penas de prisión en 2003, durante la llamada «primavera negra», por delitos contra la seguridad de Estado.

Según escribió el propio Márquez en un artículo en la revista

católica Palabra Nueva, que dirige, la Iglesia sufre presiones políticas. «Ante la ausencia de otras entidades, grupos o partidos independientes, algunos pueden aspirar a que se convierta en el catalizador de cambios radicales en Cuba», advirtió.

También expresó el interés en que el diálogo iniciado hace casi dos años, continúe y no sea afectado por esa situación.

Agencia ANSA

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