9 de febrero 2009 - 00:00

Dicen en el campo...

José Alperovich
José Alperovich
... que, a pesar de algunas lluvias, el ambiente sigue caldeándose, y ya no sólo en el sector agropecuario. Por ejemplo, en Tucumán alarma el enfrentamiento que se generó con la aparentemente unilateral, y sobre todo abrupta, suba de las tarifas del transporte de granos que superaría el 30% para los fletes cortos, y asciende a $ 120 más IVA por tonelada, para el puerto de Rosario. Para colmo, a algunos empresarios que se animaron a contratar camiones más baratos de otras provincias, los atacaron abriéndoles las boquillas y desparramando la carga en la ruta. Si los comentarios son ciertos, el gobernador José Alperovich, también importante productor agrícola (aunque en Santiago del Estero) deberá tomar cartas en el asunto para garantizar, tanto la libertad de tránsito, como la de contratación. «La SAGPyA está actuando con eficiencia y celeridad respecto de la seca», señaló, por caso, un alto funcionario de la cartera, aparentemente sin haberse enterado que la misma ya cumplió un año en la zona central, 2 o 3 en algunas regiones extra pampeanas, mientras que Agricultura comenzó a reaccionar recién en las últimas semanas cuando todos los medios y los gobernadores se les cayeron encima. «¿Otra vez los productores vamos a tener que pagar el aprendizaje de los funcionarios, como ya tuvimos que hacer con Campos?», se enojó un dirigente, en alusión al primer secretario de la era K, Miguel Santiago Campos, que asumió el cargo totalmente desinformado. Eso sí, él por lo menos reconocía sus limitaciones, al punto que una de sus frases preferidas era: «Gracias por permitirme aprender». Ahora no parece suceder lo mismo.

... que se duda sobre la realización de una muestra agropecuaria muy emblemática, que habitualmente se efectúa en marzo, a modo de iniciación «oficial» del año productivo. Es que éste son demasiados los problemas. Por un lado, amplios sectores de la maquinaria agrícola decidieron no participar por la brutal caída de las ventas que están sufriendo y por la mala señal que constituiría pues, simultáneamente, se está despidiendo o suspendiendo personal. También, porque en la zona que se realiza, los efectos de la sequía fueron mayúsculos lo cual «desluce» los eventuales trabajos a campo, pero también, porque difícilmente los funcionarios nacionales, y hasta varios provinciales, se animen a concurrir a una concentración de productores malhumorados, como la que se puede dar esos días y, además, sería muy arriesgado políticamente ofrecerle a los productores semejante tribuna de protesta. Así las cosas, hasta los principales dirigentes nacionales del campo, están dudando si concurrir, para no avalar con su presencia cualquier reclamo «fuera de programa» que se pueda producir. «Después de todo, lo más contundente para demostrar el malestar y lo crítico de la situación del campo hoy sería que esta muestra no se realizara este año», fue la conclusión de uno de ellos.

... que, no son pocos los productores que ya decidieron picar el maíz, y que comenzaron a echar las vacas a los potreros de soja más golpeados. Coincidentemente, éstos son los del cultivo de primera que, normalmente, es el que provee los mayores rendimientos. En Ramallo, por ejemplo, dicen que la situación es patética, mientras que Bragado/9 de Julio los rindes del maíz estarían cayendo más del 50%, mientras la soja de primera no presenta chauchas, y la de segunda fue quemada por el sol. Para colmo, en algunas zonas donde se registraron insólitos ataques de tucura, aparecieron ahora cantidades inusitadas de isocas. Pero, como «a perro flaco no le faltan pulgas», los aumentos de tarifas completan el panorama. Por caso, un dirigente de esa zona, comentó que mientras hasta ahora la factura de luz de la Cooperativa Eléctrica de Bragado que le llegaba a su campo rondaba los $ 400, la última se le fue a $ 1.800. Esto sumado a la guerra de los camiones que ya está comenzando, el rápido deterioro de distintos sectores agroindustriales (maquinaria, frigoríficos, usinas, curtiembres, etc.), el clima, y la paulatina conciencia sobre los verdaderos «números» del sector, constituyen un cóctel que, por lo menos en el interior, ya causa alarma.

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