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El interior replicó las postales de la vigilia
Salvo en la ciudad de Mendoza, donde por decisión del arzobispo local, Carlos Franzini -quien explicó que "preferimos vivir las cosas importantes en silencio, con perfil bajo"-, no hubo ningún tipo de actividad oficial, en casi todas las capitales provinciales se siguió cada uno de los pasos de Jorge Bergoglio hacia su consagración como nuevo papa de la Iglesia Católica.
En Córdoba, los cientos de fieles que se acercaron a la Catedral de la capital provincial pudieron observar la asunción del Papa a través de una pantalla gigante colocada frente al altar. Francisco fue saludado con banderas celestes y blancas, y blancas y amarillas vaticanas, por miles de fieles, entre los que se encontraba el intendente local, el radical Ramón Mestre.
En San Juan, el gobernador José Luis Gioja, además de participar junto con parte de su gabinete de una misa en la Catedral de la ciudad capital, descubrió una placa en la puerta del templo en honor al inicio del pontificado de Francisco.
En Corrientes, los creyentes desafiaron la copiosa lluvia para congregarse en la Catedral y recibir allí el mensaje del nuevo papa, tras una noche de vigilia de oración. Del mismo modo, a pesar de la incesante lluvia, en Resistencia, fieles, autoridades eclesiásticas, representantes de otras congregaciones y funcionarios chaqueños siguieron la misa en una pantalla gigante.
En Catamarca, como en Santiago del Estero, Formosa, La Rioja, Jujuy, Salta, Santa Fe, Neuquén y Tierra del Fuego, cientos de fieles católicos siguieron desde la madrugada la asunción del papa argentino. La magnífica catedral de La Plata, en el interior bonaerense, fue otro de los grandes escenarios de devoción cristiana.
De la misma manera, a lo largo de todo el país se replicaron similares postales con las principales catedrales de los centros provinciales de marco. En el centro del país, puntualmente en la capital pampeana, en cambio, la asunción de Francisco se acompañó con una misa en la Iglesia Catedral de Santa Rosa, que ofició el obispo Mario Poli.
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