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Fantasía para público juvenil
Estos tipos conocen su negocio. Primero, Jobie Hughes escribió un texto para jóvenes a pedido de James Frey, productor de «Kissing a Fool», que lo reelaboró a su gusto y lo anotó en nombre de ambos (pero con distinta proporción de derechos) bajo el nombre de Pittacus Lore. Este tal pitaco es un extraterrestre que con un libro quiere alertar a los terráqueos sobre un inminente peligro. En junio del 2009 vendieron los derechos ci-nematográficos a la DreamWorks Pictures. Ya con ese respaldo, escribieron el citado libro. En agosto del 2010 lo publicaron con el debido bochinche, listo para leer en la playa antes de disfrutar su ya anunciada versión fílmica estilo «Crepúsculo».
Así, mientras la novela se mantuvo seis semanas entre los best-sellers del «New York Times», gente de Dream anotaba las opiniones de sus lectores, y las pasaba a los guionistas Alfred Gough (productor y libretista de la serie «Smalville»), su ladero Miles Millar, y la rubia Marti Noxon (productora de «Buffy, la cazavampiros»).
Ellos simplificaron la novela, que de por sí es bastante simplona, y la pasaron al productor Michael Bay («Transformers») y el director D.J. Caruso («Control total», «Paranoia»).
En enero ya salió la edición en castellano y otras lenguas, con el facha Alex Pettyfer en la tapa. Y hoy la película sale aquí y en otros países que estrenan los jueves, mañana en EE.UU., la semana próxima en el resto del mundo. Y para hacer el producto más rendidor, ya se anuncia su continuación escrita y filmada, «El poder de Seis». Habrá cinco libros y cinco películas más.
¿Y de qué trata esta cosa? Ah, sí, los mongadorianos, que son malos y feos, invadieron el planeta Lorien, entonces nueve pibes lorianos, que son buenos y lindos, huyeron con sus tutores y se disgregaron por la Tierra, cada cual con unos poderes impresionantes que les aparecen en la adolescencia. Pero también aparecen unos mongadorianos, con perdón de la palabra, porque en cambio la otra suena a perfume. Estos tipos vienen a matar a los pibes repartidos por el planeta. El detalle es que solo pueden matarlos en orden: primero el número uno, etcétera.
El número cuatro era un surfista seductor hasta que recibió el aviso y debió camuflarse como chico de la secundaria en un lindo pueblito de Ohio. Ahí se enganchó una linda rubia, se hizo amigo de un freakie, tuvo choques con un gandul que al final no es mala persona, y, entre otros sucesos y visitantes, le empezaron a picar las manos. Pero no porque fuera a recibir plata, sino porque le empezaron los poderes.
Con éste de las manos tiene una linterna propia que también le sirve como arma de defensa. Son tres poderes distintos para cada loriano. Nueve chicos (tres de ellos ya fueron). Seis libros y seis películas en total. Varias escenas de acción previsible. Una larga paciencia, porque esto recién empieza.
Ah, pequeña pregunta: ¿pueden casarse lorianos y terráqueas? Pues, ya lo hicieron en la antigüedad, y de ahí salieron los dioses griegos, dice el pitaco. Si lo agarra un estudioso de los clásicos lo manda de un poderoso patadón a Lorian pasando por Mogador y Ciudad Oculta.
P.S.
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