12 de marzo 2013 - 00:37

Fotografía: el valor del instante cotiza en millones de dólares

El alemán Andreas Gursky  vendió en noviembre de 2011 ”Rhein II” en 4,3 millones de dólares. La obra, montada sobre plexiglass de una toma capturada en 1999, es una de una serie de seis
El alemán Andreas Gursky vendió en noviembre de 2011 ”Rhein II” en 4,3 millones de dólares. La obra, montada sobre plexiglass de una toma capturada en 1999, es una de una serie de seis
Desde la irrupción de las nuevas y diversas opciones del arte contemporáneo, el mercado de la fotografía encontró un lugar en el que crecer y desarrolarse con más rapidez, y generó también algunos interrogantes. Uno de ellos se refiere a si los canales de comercialización serán específicos o se fusionarán con los de otras disciplinas del arte.

Otro es ver cuánta relevancia tiene el hecho de que sean ejemplares únicos o múltiples a la hora fijar el precio de las obras, y un tercero la cuestión de la durabilidad de algunos soportes "nuevos" en el largo plazo ya que, sin ir más lejos, el papel fotográfico es relativamente nuevo (menos de un siglo). Finalmente, también está en cuestión la diferencia entre fotografía y arte multimedia, disciplinas que hoy por hoy tienen límites borrosos dada la aparición en escena de nuevas y variadas técnicas digitales. Esto seguirá siendo así y más a medida que la tecnología avance.

Mientras tanto, ambas pueden verse tanto en las ferias y galerías tradicionales como en ámbitos específicos para comercialización de fotos.

En ambos ambitos se advierte que las obras de fotógrafos contemporáneos se cotizan mucho más que los clásicos (quienes, por otra parte, apenas pasan del medio siglo de antigüedad).

Las fotos de artistas consagrados como Henri Cartier Bresson o Robert Mapplethorpe fueron por el momento ampliamente superadas en cotización por Andreas Gursky, Cindy Sherman o Alfred Stiglitz.

Récord

El récord de todos los tiempo fue el que logró el alemán Andreas Gursky en noviembre de 2011 con "Rhein II", obra montada sobre plexiglass de una toma capturada en 1999.

La obra, subastada en 4,3 millones de dólares, es una de una serie de seis, repartido el resto en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, la Tate Modern de Londres, el Museo de Arte Moderno de Munich, la Galería Glenstone en Potomac (Maryland, EE.UU.) y la restante en manos de un coleccionista privado, un comprador anónimo que cerró la operación telefónicamente.

La foto con el récord de mayor valor en la historia hasta ese momento era "Untitled", de Cindy Sherman, vendida en 3,9 millones de dólares en Christie's, que a su vez venia de romper el récord anterior, también de Gursky, de 3,3 millones de dólares en 2007.

Grandes maestros

La obra récord de Henri Cartier Bresson (1908-2004) fue "La Gare de Saint Lazare", que obtuvo en la subasta de la casa Christie's en París 649.500 dólares. Otro consagrado, Robert Mapplethorpe, vendió un retrato de Andy Warhol de 1987 en 643.000 dólares en Sothebys de Nueva York, en 2006. Es de esperarse que, a medida que el mercado de la fotografía se vaya consolidando más, asistiremos a la revalorización de estos extraordinarios fotógrafos clásicos.

Los contemporáneos llegan a esos precios porque el concepto que expresan es de una gran potencia. Para Javier Ortiz Aramburu, titular de "3photographia" -galería especializada en promover jóvenes fotógrafos- "la fuerza del concepto es lo más importante a la hora de clasificar una obra, y sólo después entran a jugar otras consideraciones, como por ejemplo el número de copias. Las hay únicas, de series limitadas y abiertas sin límite de copias, lo que a veces se torna dfícil de controlar, y finalmente la durabilidad en los soportes de este tipo que encierra aún una incognita".

La conclusión es que no hay parámetros rígidos en los precios de las fotos, sino que depende de cada caso particular, y será la impronta del artista plasmada en la obra lo que generará el deseo en los compradores y marcará su precio en el mercado como es en todas las disciplinas del arte.

El mercado de la fotografía es una opción muy interesante en términos de su evolución artística y comercial, y cobró gran fuerza y presencia en el mercado del arte contemporáneo, que es por naturaleza más inclusivo y abierto a equiparar soportes, técnicas, y por lo tanto, nuevos conceptos.

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