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Inesperado mensaje desde las entrañas de la mina en Chile: ‘‘Estamos bien en el refugio los 33’’
«Esto salió hoy día de las entrañas de la montaña, de lo más profundo de esta mina y es el mensaje de nuestros mineros que nos dicen que están vivos», exclamó eufórico el presidente Sebastián Piñera (ver aparte), quien se enteró de la noticia cuando se tras-ladaba en avión hacia Copiapó, a 830 kilómetros al norte de la capital.
Cuando una de las sondas llegó hasta el refugio situado a 700 metros de profundidad, los mineros marcaron con color rojo la barra y luego le pegaron un papel con el mensaje que demostraba que estaban a salvo. «Vimos el papelito envuelto, lo limpiamos y saltamos de alegría y llanto. Todos nos abrazamos por la tarea cumplida», dijo uno de los profesionales.
Inmediatamente, el operario que manejaba el aparato se comunicó telefónicamente con los familiares y autoridades que se encontraban en el yacimiento. «Nunca, nunca, nunca. Nunca perdimos la fe; sabíamos que estaban, y sabíamos que los tenían que rescatar», afirmó emocionado Eduardo Hurtado, uno de los familiares de los mineros.
El jefe del grupo de rescate, André Sougarret, precisó que en las próximas horas entubarán el pozo para hacerles llegar agua y alimentos. El objetivo de los socorristas es mantenerlos en las mejores condiciones posibles, dado que tendrán que afrontar una larga espera de hasta «tres o cuatro meses», reveló Sougarret. Otras fuentes indicaron que las tareas podrían extenderse un año.
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Para llevar a cabo el rescate se entubará y reforzará el ducto, el cual será ampliado mediante una máquina en alrededor de 80 centímetros para sacar a través de un canasto a los mineros atrapados. La tarea conlleva sus riesgos.
El director regional de la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI), Carlos García, explicó que el ambiente en el que se encuentran los obreros se encuentra a una temperatura entre los 32 y 36 grados, y con altos niveles de humedad. «Los familiares van a ingresar (al recinto del yacimiento) para poder contactar con ellos, para inyectar más fuerza y ánimo, a través de un cable radiante que se insertará en la columna de la perforación», explicó García.
Desde que el pasado 5 de agosto se produjo el derrumbe en el yacimiento San José, la confianza en encontrar con vida a los 33 mineros se había ido debilitando cada vez que las labores de rescate topaban con un nuevo contratiempo.
Las miles de toneladas de roca que tapan el túnel de acceso a las galerías obligaron a las autoridades a desestimar la posibilidad de excavar hasta el refugio en donde se encuentran los obreros, todos ellos mineros con experiencia.
Por esta razón optaron por emplear un ducto de ventilación por el que empezaron a deslizarse los socorristas, pero dos días después del accidente se produjo un segundo derrumbe que a punto estuvo incluso de costarles la vida a los rescatistas.
Fue entonces cuando el equipo de especialistas, a cargo del ministro de Minería, Laurence Golborne, decidió emplear una tercera vía, más lenta, pero más segura: la utilización de sondas.
La sofisticada maquinaria llegada a Chile desde Australia y Estados Unidos tampoco garantizaba que el recorrido de las sondas acertara con el lugar del refugio y, de hecho, el pasado jueves la primera de ellas se desvió y pasó de largo.
Los especialistas atribuyeron este fallo al hecho de que los mapas de la mina estaban equivocados, en una abierta crítica a la gestión de los dueños de la empresa Minera San Esteban a los que se ha acusado de mantener la explotación de este centenario yacimiento sin las medidas de protección y el mantenimiento adecuados para garantizar la vida de los trabajadores.
En ese sentido, el empresario y dueño del yacimiento San José, Alejandro Bohn, indicó al canal 24 Horas de Televisión Nacional de Chile que los responsables de la compañía Minera San Esteban están satisfechos por el desenlace. «Estamos muy contentos porque todo lo que de alguna forma habíamos previsto en términos de una emergencia al parecer ha funcionado», dijo Bohn, quien argumentó que el accidente «fue un hecho casi sin precedentes en la minería mediana en Chi-le» y añadió que «éste no es el momento de asumir culpas ni perdones».
Los diarios y los canales de televisión locales no pudieron evitar comparar el milagro con el accidente de los Andes de 1972. «¡Viven!», se expandió en los principales medios chilenos.
En Santiago y en otras ciudades del país las palabras de aliento y celebraciones no se hicieron esperar, en un país que hace sólo seis meses fue golpeado por un devastador terremoto y varios tsunamis. En la capital, en la plaza donde tradicionalmente se juntan los santiaguinos a festejar sus triunfos deportivos, cientos de personas se reunieron con banderas y cantos a celebrar el hallazgo de los mineros.
Agencias EFE, AFP, Reuters, ANSA y DPA
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