La propuesta de dolarizar la economía argentina lanzada por el candidato libertario Javier Milei reavivó el eterno debate, que involucró incluso a economistas de fuste como Paul Krugman, a favor y en contra, aunque la balanza parece inclinarse por la negativa. Ahora desde una de las principales consultoras económicas globales también llegan voces contrarias a la idea libertaria advirtiendo que la dolarización probablemente empujaría a la Argentina directamente a un default a menos que vaya acompañada de otras políticas radicales pero impopulares para contrarrestar una crisis.
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Desde Oxford Economics (OE) hicieron una evaluación de una dolarización para la Argentina y concluyeron que podría ser un desastre fiscal. Si bien Milei reconoce que se necesitaría un ajuste fiscal considerable para hacerlo, “creemos que subestima la consolidación necesaria para restaurar la sostenibilidad”, señalan desde la consultora.
Los expertos de OE realizaron estimaciones sobre qué tan grande tendría que ser el superávit fiscal primario en diferentes condiciones de mercado para los costos de endeudamiento de la Argentina y las conversiones del tipo de cambio de dolarización. Así para evaluar la viabilidad de un plan de dolarización en la Argentina utilizaron un modelo simple que vincula las reservas de divisas, la oferta monetaria, la deuda con el PBI y el resultado primario.
De esta manera crearon escenarios para distintos tipos de cambio convertibles (con y sin el swap chino) y de riesgo-país esperado posterior a la dolarización (desde 500 pb a 2.000 pb). Con relación al tipo de cambio convertible, un escenario optimista sería de $600 y el pesimista restando el swap chino. Sin embargo, incluso si el spread de riesgo-país cayera de los actuales 2.000 puntos básicos a 500 puntos y si el BCRA lograra aprovechar todas sus reservas brutas para convertirlas en dólares convertibles, el superávit primario para estabilizar la deuda pública aún superaría cualquier equilibrio que la Argentina haya logrado”, advierten.
Los números son escalofriantes y escandalosos. El superávit primario como porcentaje del PBI para la sustentabilidad de la deuda es de niveles no vistos comúnmente en la historia económica argentina. Por ejemplo, si el tipo de cambio convertible fuera de $600 y el riesgo-país de 500 puntos, el superávit fiscal debería ser de 4,5% del PBI; si fuera en cambio de $750 y 1.000 pb tendría que superar el 10%, o bien, si la combinación fuera $1.000 y 500 pb del 6,1% u otra de $600 y 750 pb de 7,7%. Los demás escenarios son surrealistas.
Sostenibilidad
“La dolarización no es una condición necesaria ni suficiente para asegurar la sostenibilidad. En cambio, el ajuste fiscal podría mantener la soberanía monetaria y brindar un contexto más equilibrado y creíble para estabilizar la economía”, explican desde OE y agregan que “para dolarizar, sería necesario un tipo de cambio mucho más depreciado en la conversión, lo que conduciría a una gran devaluación adicional del valor de los depósitos de los ahorristas, esta es otra razón por la que la medicina de la dolarización se volvería venenosa; en última instancia, podría resultar políticamente impopular y fracasaría sin apoyo político.
Destacan además que uno de los argumentos más atractivos para una dolarización es que impone disciplina fiscal, pero ese no es necesariamente siempre el caso y muchas lecciones de la historia latinoamericana sugieren lo contrario. Por ejemplo, los países que adoptaron el dólar no siempre han reducido sus costos de endeudamiento, y otros han encontrado alternativas a la dolarización en tipos de cambio fijos temporales. “Quizás Javier Milei podría aprender una lección o dos de la experiencia latinoamericana. Si se diseña correctamente, el camino de Argentina hacia la estabilidad no debería requerir abandonar el peso”, sentencian los expertos de OE.
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