13 de febrero 2015 - 00:47

La caída del real suma pérdida de competitividad a la ya generada

La caída del real suma pérdida de competitividad a la ya generada
 El real parece haber intensificado su ritmo de depreciación no sólo por el contexto internacional menos favorable que hoy existe, sino también por la débil economía doméstica y por la crisis de Petrobras.

De hecho, el real ha pasado en los últimos meses desde 2,65 reales por dólar hasta 2,87 reales por dólar, acumulando una devaluación del 8% solamente desde comienzos de año.

Lo que ocurra en el futuro con la moneda brasileña dependerá de la decisión del Banco Central respecto de continuar con su programa de intervención cambiaria para sostener el valor del tipo de cambio. Podría preverse que el real se mantendrá entre 2,70 y 2,90 reales por dólar.

Lógicamente, lo que sucede en Brasil tiene implicancias directas en nuestra competitividad o costo en dólares de nuestros productos.

Hasta mediados de 2008, el tipo de cambio real del peso contra el real brasileño creció sostenidamente (nuestro costo en dólares bajaba), momento a partir del cual empezó a caer.

De mantenerse la tendencia del último período, en algún momento se llegaría a valores similares a los de inicio de 2001, es decir, de hace 13 años, y esta situación repercutiría de manera directa en la producción local de bienes y en el empleo.

La paulatina disminución que viene teniendo nuestra competitividad se explica básicamente por la inflación diferencial que existe entre la Argentina y Brasil.

En efecto, y a pesar de la corrección del 23% en el tipo de cambio nominal que se hizo en nuestro país en enero de 2014, la inflación argentina terminó quintuplicando a la de Brasil.
Un desafío

La clave de este 2015 va a ser cómo jugará el mix tasa de devaluación del real e inflación brasileña. Si la mayor devaluación generara mayor inflación, eso no nos golpeará tanto por el lado del tipo de cambio real.

No obstante, el resultado final es impredecible debido a que la salida de capitales que está teniendo Brasil impulsa la tasa de devaluación del real, y éste no es un factor controlable de Brasil, ya que tiene alta relación con la política monetaria que va definiendo la Reserva Federal de los Estados Unidos.

El Gobierno brasileño está apelando a la política monetaria para evitar que la devaluación se traslade proporcionalmente a los precios.

Sin duda, nuestra tasa de inflación ha jugado un rol clave en la disminución del TCR con Brasil. Es totalmente visible el impacto relativo de esta tasa de inflación sobre nuestro nivel de competitividad.

Bajar nuestra tasa de inflación es vital para al menos dejar de perder competitividad.

Es un objetivo central para pelear por nuestro grado de competitividad ante cimbronazos internacionales que pueden venir de la mano de una menor expansión monetaria de Estados Unidos, en el momento en que decida hacerlo.

Deberíamos intentar estar lo mejor preparados para un cambio de contexto internacional.

(*) Director de Investigaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).

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