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La realidad cotiza bajo
las señales llegadas dieron razón a la pobre semana desarrollada.
Si es por nuestro ambiente doméstico, en diario Clarín se quitó una simple semblanza sobre estados contables (como siempre, tomados sólo de lo que se presenta en Bolsa) y alguna no menos simple conclusión, sobre que buena parte de las empresas no pudo superar la inflación en sus utilidades y -varias de ellas- ni siquiera alcanzaron tal nivel.
Ergo, en términos reales muchas habrían dejado negativo en el trimestre. Pero pagarán impuestos por números históricos, sin ajustar. Desalentador.
Sólo porque se transita por una zona de la tendencia que se abre a todo pronóstico, la semana puede presentar una prosecución de lo previo, o darse vuelta para procurar repuntes y tener diferencias para ser tomadas, en el repetido juego corto.
De pronto, todo adquiere colorido, optimismo aparente y -después- debiendo asumir un baño de realidades. Es prematuro imaginar otro escenario. Y la Bolsa lo asume.
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