20 de enero 2014 - 00:00

Más esperanzas para la cumbre sobre Siria

En vísperas de la cumbre internacional en Ginebra para lograr la pacificación de Siria, los gobiernos de ese país y de Rusia expusieron una vez más su fuerte alianza. Para ello, el canciller sirio, Walid al Moalem, visitó en Moscú a su par, Serguéi Lávrov.
En vísperas de la cumbre internacional en Ginebra para lograr la pacificación de Siria, los gobiernos de ese país y de Rusia expusieron una vez más su fuerte alianza. Para ello, el canciller sirio, Walid al Moalem, visitó en Moscú a su par, Serguéi Lávrov.
Ginebra - La decisión de la Coalición Nacional Siria (CNS), el mayor grupo opositor sirio, de participar en Ginebra II despertó en Occidente la esperanza de que la conferencia de paz para Siria, que se inaugura pasado mañana en Suiza, pueda arrojar algún resultado.

Los países involucrados en las negociaciones felicitaron la decisión de la CNS -que agrupa tanto a combatientes como a opositores en el exilio- y consideraron que su asistencia a la conferencia ahuyenta el fantasma de un fracaso inminente y, por primera vez, coloca a la oposición en una posición de interlocutor legítimo.

Los jefes de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, y estadounidense, John Kerry, calificaron de "valiente" la decisión de la Coalición, que aceptó el sábado, tras semanas de aplazamientos y de presiones occidentales y árabes, participar en el diálogo donde también estarán los representantes del Gobierno de Bashar al Asad.

Por su parte, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, consideró que esta decisión es "un pequeño rayo de esperanza" y subrayó que "el mínimo avance en el paso de convoyes humanitarios o en los acuerdos de alto el fuego a nivel local será un éxito".

El Gobierno ruso, fiel apoyo del régimen sirio, expresó igualmente su satisfacción por la decisión de la oposición.

La decisión fue tomada en una asamblea celebrada en Estambul tras un día y medio de encarnizados debates y se resolvió con 58 votos a favor de un total de 120 miembros.

Ginebra II se celebra al cabo de medio año de dilaciones y tras delicadas negociaciones entre sus impulsores, Estados Unidos y Rusia, con el respaldo de la ONU y su mediador para Siria, Lajdar Brahimi. Uno de los mayores puntos en tensión fue la participación de Irán, apoyada por Moscú y rechazada por Washington.

Finalmente, Teherán no fue invitado y su Gobierno preconizó ayer una actitud "realista" para resolver la crisis. Las decisiones que se tomen "no deberían llevar al fortalecimiento de los movimientos extremistas en Siria", declaró el viceministro de Relaciones Exteriores, Hosein Amir Abolahian, quien agregó que "la solución democrática se manifestará mediante el voto de los sirios".

Por su parte, el presidente de la CNS, Ahmad Jarba, recordó desde Estambul que "las negociaciones de Ginebra II tienen como único objetivo satisfacer las demandas de la revolución" y "antes que nada retirarle al sanguinario Al Asad todos sus poderes",

Ambas partes del conflicto en Siria llegarán, por lo tanto, con objetivos diametralmente opuestos a este encuentro diplomático.

La salida del dictador sirio parece ahora una opción poco realista, particularmente por la capacidad de su régimen no sólo de resistir la embestida de la rebelión armada, sino de recuperar terreno a lo largo de los últimos meses.

Observadores y analistas diplomáticos consideran que Estados Unidos podría tener que transigir en que Al Asad se mantenga en el poder si quiere un resultado que ponga alto al conflicto sirio, el cual causó ya más de 130.000 muertes y 2 millones de refugiados.

Agencias AFP, EFE y Reuters

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