15 de mayo 2009 - 00:00

No lo supo liquidar

Martín Palermo tiene espalda para jugar estos partidos de visitante en la Copa y decir presente en la red del rival.
Martín Palermo tiene espalda para jugar estos partidos de visitante en la Copa y decir presente en la red del rival.
Boca regresó de Montevideo con una sensación ambigua, con un sabor agridulce, porque tuvo todo para definir el partido en el segundo tiempo y asegurar la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Pero no pudo ni lo supo liquidar. No obstante, el empate resulta tranquilizador para la revancha del jueves próximo, por los dos goles de visitante.

Fue un partido extraño, porque Defensor dominó el trámite durante casi todo el primer tiempo, pero debió sobreponerse ante el tempranero gol del siempre implacable Martín Palermo y terminó empatando en la agonía de esa etapa.

Boca acertó en la única oportunidad que pisó el área y luego retrasó sus líneas, le cedió la pelota a su rival peligrosamente, quien generó varias situaciones como para igualar. Sin embargo tuvo que sufrir, porque recién en la última jugada del primer tiempo Gaglialone la empujó casi en la línea ante las miradas de Ibarra y el Pato.

Boca volvió a arrancar dormido la segunda etapa y antes del minuto Defensor estuvo muy cerca de darlo vuelta: un remate de Marchant fue sacado casi en la línea por Morel Rodríguez.

Cuando parecía que Boca iba a sufrir, Palacio acertó y marcó el segundo.

El gol desordenó a Defensor y Boca se adueñó del partido, generando situaciones claras para ganar -y hasta con cierta amplitud- el partido. Pero volvió a dormirse en el final y terminó padeciendo el cabezazo del empate de Mora sobre el final. No hubo tiempo para más. Fue empate y el negocio lo hizo Boca.

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