27 de enero 2016 - 00:29

"No queremos una Armada que no navegue ni una Fuerza Aérea que no vuele"

Julio Martínez, ministro de Defensa, le toma juramento ayer al brigadier  Enrique Amreim como nuevo jefe de la Fuerza Aérea. El Gobierno prometió que volverá a existir capacidad operacional.
Julio Martínez, ministro de Defensa, le toma juramento ayer al brigadier Enrique Amreim como nuevo jefe de la Fuerza Aérea. El Gobierno prometió que volverá a existir capacidad operacional.
 "No consideramos en este Gobierno una Fuerza Aérea que no vuele ni una Armada que no navegue. Sabemos de los problemas en las capacidades del instrumento militar, tenemos la firme decisión de avanzar para revertir las falencias heredadas". Así se expresó el ministro de Defensa Julio Martínez en la ceremonia de puesta en funciones del nuevo titular de los aviadores, brigadier Enrique Amreim. Martínez respondió al discurso de despedida que minutos antes había pronunciado el jefe saliente, brigadier general Mario Callejo, quien reclamó al Ejecutivo atender las necesidades de vuelo en el arma.

El mandamás de la Defensa reconoció que las dificultades en la operatividad de las fuerzas por carencia de presupuesto, equipamiento y repuestos "no es sólo atribuible al Gobierno pasado, sino también a un declive paulatino en los anteriores". La referencia genérica dejó a los oyentes convencidos de que se incluía desde Alfonsín hasta la última gestión Kirchner. La única compra de envergadura ocurrió en 1994, durante el Gobierno de Carlos Menem, 36 aviones de combate A-4AR Fightinghawk, que la Argentina adquirió a los EE.UU. En la actualidad sólo están en condiciones de volar 4 o 5. El resto, afirma oficialmente la Fuerza Aérea, están "preservados" en envolturas herméticas en la base de Villa Reynolds, San Luis. La Fuerza Aérea perdió la capacidad supersónica con la desprogramación del Mirage; volaron por última vez en noviembre del año pasado. El Gobierno de Mauricio Macri estudia nuevamente todas las alternativas presentadas para reemplazo del Mirage. Hay ofertas de Israel, Estados Unidos, Francia, Rusia y China. La semana pasada el embajador estadounidense Noah Mamet visitó al ministro Martínez y uno de los temas tratados fue la situación del pedido de disposición y cotización de un escuadrón de cazas F-16 planteado por la Fuerza Aérea Argentina al Pentágono. La iniciativa está en el proceso de evaluación en el Departamento de Defensa estadounidense. La velocidad de avance del trámite está atada a los gestos mutuos en política exterior con los Estados Unidos y al resultado del conflicto con los fondos buitre. A favor se leyó en Davos el ofrecimiento del vicepresidente Joseph Biden a Macri para colaborar con la Argentina en todos los campos, especialmente en innovación, tecnología, defensa y seguridad. Hay una oportunidad en el diálogo entre Macri y Obama que busca la canciller Susana Malcorra junto a su par John Kerry en el marco de la Cumbre sobre Seguridad Nuclear que se realizará el 31 de marzo y el 1 de abril en el Centro de Convenciones Walter E. Washington, en la capital estadounidense.

El ministro dijo que es prioritario el compromiso de mejorar el trabajo conjunto en las FF.AA. y cumplir con las tareas de cooperación en la política señalada en el plan de proteger la frontera contra el narcotráfico (Operativo Frontera del Plan de Emergencia de Seguridad Nacional). Que se trata de una política central de Macri podía verse con la presencia de Luis Green, secretario de Fronteras del Ministerio de Seguridad, en el palco de las autoridades. Una figura institucional que nunca se vio en actos castrenses.

Por la tarde, Martínez finalizó el trámite de puesta en funciones de la cúpula militar: fue el turno del jefe del Estado Mayor Conjunto, general de brigada Bari del Valle Sosa. La ceremonia se hizo en las escalinatas del edificio Libertador, sede del ministerio y del Ejército. Antes, el ministro visitó el buque polar ruso Vasily Golovnin, que está amarrado en la Dársena E del puerto metropolitano. La nave fue alquilada por el anterior gobierno a un costo de 16,7 millones de dólares para el abastecimiento de las bases antárticas. "Debido al incumplimiento de los compromisos asumidos por la anterior administración, entre ellos la cancelación del pago del contrato por adelantado, el Golovnin debió retrasar su salida de Rusia hacia la Argentina", dijo el ministro.

"En lugar de zarpar alrededor del 23 de noviembre pasado para llegar a nuestro país la primera semana de enero, como figuraba en el pliego licitatorio, lo hizo más tarde y recién llegó al puerto de La Plata el 21 de enero último", agregó Martínez.

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