Tras la polémica por la nacionalización de las empresas en Venezuela, Techint y el Gobierno se encaminan hacia un nuevo conflicto. Ahora será por las negociaciones paritarias para este año, que ayer quedaron formalmente abiertas y que, como se preveía, mostraron que las cámaras que agrupan a las empresas del sector y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) están muy lejos de un acuerdo salarial. El gremio que maneja Antonio Caló, de sólida relación hoy con el Ejecutivo, reclama un incremento directo de un 22% anual, mientras que los privados ofrecen no más de un 10% amparados en las consecuencias de la crisis internacional.
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La UOM representa a unos 250.000 trabajadores y alcanza a sectores como los autopartistas, electrodomésticos, fabricantes de chapas y laminados, acerías y hasta una terminal automotriz: Peugeot. Sin embargo, el actor más importante de los privados es Techint, a través de Siderca, Tenaris y Siderar, cuyas negociaciones y condiciones acordadas son las que finalmente terminan orientando al resto de las cámaras para firmar sus acuerdos salariales. En general, en los últimos cuatro años de discusiones paritarias, la UOM fue un sector de baja conflictividad, fundamentalmente por la buena relación que existía entre Techint y el Gobierno de Néstor Kirchner primero, y Cristina Fernández después. Incluso se recuerda que en los ejercicios 2006, 2007 y 2008, el acuerdo se presentó en sociedad cuando ya había sido cerrado entre las partes, respetando siempre la pauta salarial aconsejada por Hugo Moyano desde la CGT. Como este año paritarias se realizan bajo la máxima moyanista de que no existe ni piso ni techo para las discusiones, la UOM está libre para presionar a Techint con el aumento que considere justo. Para esto, sospechan desde la multinacional castigada por Chávez, que el gremio tendrá todo el apoyo oficial para sus reclamos.
Ayer, la primera jornada de discusiones se prolongó por más de dos horas en la sede del Ministerio de Trabajo, con el marco de una movilización de los hombres de Caló que cortaron la avenida Alem a una hora pico. Usando como escenario la caja de un semirremolque estacionado frente a la cartera laboral, al término del encuentro el secretario adjunto de la UOM, Juan Belén, les relató a los manifestantes los pormenores de las discusiones. Luego Caló tomó la palabra y explicó que «lamentablemente los empresarios realizaron una oferta que no alcanza a lo que la UOM reclama y, ante las diferencias reinantes, los funcionarios laborales dispusieron un cuarto intermedio hasta el lunes a las 16».
«Estamos abiertos al diálogo, pero los trabajadores necesitan una recomposición salarial. Los empresarios deben entender que se han visto rebajados sus salarios desde octubre casi un 50 por ciento, entonces hace falta un aumento para seguir manteniendo el plan económico basado en el consumo», dijo el metalúrgico, poniendo un mojón sobre cuál es su reclamo de fondo. Caló precisó que «la UOM reclama el porcentaje del 22 por ciento, los empresarios realizaron una oferta que no sirve, de 200 pesos por bimestre. Con respecto a la última reunión que tuvimos hubo un adelanto, los empresarios tienen más ganas de negociar». Dijo después que «el secretariado nacional de la UOM fue facultado por el Congreso de Delegados celebrado hace dos semanas en Mar del Plata para tomar las medidas que considere pertinentes en caso de no llegar a un acuerdo con el sector empresario» y explicó después que «si no se llega a un acuerdo, el 17 de junio los trabajadores juntamente con el secretariado nacional, vamos a cortar las tareas a las 10 y a realizar una movilización».
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