13 de agosto 2009 - 00:00

Plaga asiática amenaza la producción citrícola

Carlos Paz
Carlos Paz
Una plaga de origen asiática amenaza a la actividad citrícola argentina, alertó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que -junto al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria y la Secretaría de Agricultura- lleva adelante diversas acciones para prevenir su propagación dentro del país.

Se trata del psílido asiático Diaphorina citri, transmisor del Huanglongbing (HLB), también conocido como ex Greening, enfermedad de los cítricos que ocasiona pérdidas catastróficas, destruye totalmente la planta infectada y, por el momento, no tiene cura.

El HLB, enfermedad originaria de China que ataca a todas las variedades de cítricos, penetró en Brasil en 2004 y se propagó por varios países del continente americano como Estados Unidos, Cuba, Puerto Rico y República Dominicana.

La Argentina está libre de esta enfermedad, pero hospeda al insecto que la transmite en las provincias de Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa, Salta y Jujuy, según relevamientos realizados por distintas unidades del INTA, organismo que dirige Carlos Paz.

Por ello, junto a la SAGPyA y el Senasa, implementó el Programa Nacional de Prevención de HLB, que además de planificar estrategias preventivas, prevé acciones para detectar anticipadamente los focos iniciales y mitigar la diseminación.

Si ingresara al país, y en desmedro de las expectativas productivas para 2009 -que prevén rendimientos por encima de 2,5 millones de toneladas en limones, naranjas, mandarinas y pomelos, además de exportaciones por 506 mil toneladas- la enfermedad podría desencadenar consecuencias muy negativas para el sector, alertó el INTA.

Por ello, el Gobierno jujeño y la Asociación Fitosanitaria del NOA, en consonancia con los gobiernos de Salta, Misiones y Entre Ríos, solicitaron que se apresuren las acciones para evitar la entrada de la plaga en los centros productivos.

Para Mónica Rivadeneira, especialista en fitopatología del INTA Yuto (Jujuy), si la enfermedad penetra en el país se podría perder la totalidad de la productiva citrícola local. En ese sentido, recordó, en la década del 60 se reportaron daños del 100% en Sudáfrica; en 1996, 7 millones de árboles fueron destruidos en Filipinas y 3 millones en Indonesia; y en los 80, las naranjas dulces desaparecieron de Arabia Saudita.

Todo esto provocaría «daños indirectos como la pérdida de mercados y aumentos en los costos de producción», dijo Rivadeneira.

Según la Federación Argentina de Citrus, la Argentina es el séptimo exportador mundial de cítricos, con casi 2.700 toneladas enviadas al exterior, una superficie plantada de 139.516 hectáreas y un promedio anual de consumo de 22,733 kilos por habitante.

A pesar de que ataca a todas las especies de cítricos, las naranjas dulces, mandarinas y tangüelas son las más afectadas por la plaga, seguidas por limones y pomelos; sin embargo, puede desarrollarse en plantas ornamentales como Murraya paniculada, también conocida como mirto, jazmín árabe o jazmín naranja.

«Todos los fitopatólogos con acciones en citrus están en estado de alerta respecto de síntomas que observan en sus actividades de campo y también respecto de las dudas que productores y encargados de quintas pudieran acercarles», explicó Rivadeneira.

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