Mientras los radicales se preparan para presentar el lunes las impugnaciones a las candidaturas de Néstor Kirchner, Daniel Scioli y el resto de los «testimoniales», Elisa Carrió y Gerardo Morales decidieron levantar el protagonismo de Ricardo Gil Lavedra, el encargado al mismo tiempo de elaborar los argumentos legales para intentar bloquear esas candidaturas.
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Ayer, Gil Lavedra acusó al Gobierno de apelar a la estrategia del miedo y explicó que a diferencia de lo que promueve el oficialismo, el cambio puede venir con otro Congreso. Fue el paso más largo que dio el Acuerdo Cívico y Social (nombre que adoptaron la UCR, la Coalición Cívica y el socialismo) hacia un control del Gobierno por el Congreso después de las elecciones, en el caso de que el kirchnerismo pierda definitivamente la mayoría, al menos en Diputados.
La convocatoria a un eventual caos es «una expresión de alta irresponsabilidad», y planteó que la renovación parcial del Congreso permitirá un cambio pero «no para impedir la acción del Gobierno, sino para obligarlo a dialogar, concertar», dijo Gil Lavedra. «El 29 de junio tenemos que comenzar a trabajar por el país, que tiene problemas concretos, ya que la gente está esperando soluciones y está harta de vocinglería».
El candidato sostuvo que su frente va a «defender la institucionalidad» y consideró «malo apelar al miedo con propósitos electorales».
Pero advirtió que la «hipótesis del caos» con la que insisten Néstor y Cristina Kirchner puede valer para la continuidad de las políticas que lleva adelante el kirchnerismo.
«Recesión ya tenemos, la desocupación se está insinuando, la inseguridad ya está, el caos lo podemos tener ahora y el cambio lo podemos tener si se vota otro Congreso distinto que vote las leyes que el país necesita», dijo Gil Lavedra.
Al mismo tiempo, le devolvió las críticas al kirchnerismo describiendo una supuesta «alianza residual» en el propio Gobierno, al recordar que en el oficialismo hay funcionarios del «viejo Frepaso, como Nilda Garré, ministra de Defensa, la diputada Diana Conti y Carlos Chacho Alvarez.
Mientras Gil Lavedra se hace cargo de la Capital Federal y las impugnaciones a las candidaturas testimoniales, el radicalismo decidió apurar la campaña de Ricardo Alfonsín en la provincia de Buenos Aires. Saben que en ese distrito debe correr con la misma velocidad que Margarita Stolbizer, la primera candidata a diputada en la lista del acuerdo opositor, una profesional de las campañas que se crió en la propia UCR bonaerense cuando estaba controlada por Federico Storani y Leopoldo Moreau.
Esta semana comenzará por la Cuarta Sección en la provincia al visitar las ciudades de General Villegas, General Pinto y Lincoln.
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