Londres - La irlandesa Marie Collins, una prominente víctima de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, se mostró ayer decepcionada con la visita del papa Francisco a su país.
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Collins, quien causó revuelo el año pasado al abandonar la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, criticó el hecho de que el Papa no quiera introducir nuevas estructuras para hacer frente al sistemático encubrimiento de los abusos en el seno de la Iglesia.
"Estoy decepcionada por la negativa a introducir más estructuras para la rendición de cuentas", afirmó Collins, quien junto con otras siete víctimas de abusos sexuales se reunió el sábado en Dublín durante una hora y media con el jefe de la Iglesia.
Aunque asintió con la cabeza cuando ella le presentó su demanda de que se tomen medidas de seguridad uniformes a nivel mundial para los niños, el pontífice no dejó en claro si quiere introducir tales estándares para impedir nuevos casos de abuso, lamentó Collins.
No obstante, calificó como una señal positiva el hecho de que Francisco haya reconocido claramente el encubrimiento sistemático. "Todavía hay personas en la Iglesia, tanto clérigos como laicos, que niegan que un obispo pudo haber dado protección al autor de un delito". El que el papa haya reconocido ese sistemático encubrimiento podría poner fin ahora a esas negaciones, valoró Collins.
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