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River salvó un punto, pero jugó muy mal

Carlos Carbonero salvó la ropa de River con su gol. Un empate en un partido que se pareció mucho a una comedia de enredos.
Con una Policía que de pronto se "acuarteló en el área de Quilmes y paró el partido por más de 15 minutos, sin dar explicaciones.
En este sainete, Quilmes aprovechó que River salió dormido al segundo tiempo y con un cabezazo de Matías Pérez Godoy se puso en ventaja.
Hasta allí, no había pasado nada. River atacaba desnudando su impotencia ofensiva y Quilmes se defendía y, cuando podía, contraatacaba.
Después, la impotencia de River generó jugadas para la risa, casi como una película cómica, como por ejemplo cuando Leonel Vangioni tiró un zapatazo, le erró por un metro a la pelota y se cayó de espaldas, o el juvenil Sebastián Driussi solo frente al arco, pegándole a la pelota mitad con la rodilla y mitad con el muslo y tirándola arriba del travesaño.
River consiguió el empate cuando ya ni lo merecía, quizá lo logró de lástima, aunque el taco de Leonardo Ponzio que habilitó a Carlos Carbonero se pueda juzgar de exquisito, aunque visto lo jugado, también se podría juzgar como una casualidad del destino.
Lo cierto es que River terminó el partido empatando ante un discretísimo Quilmes, que pagó muy caro el enamorarse del 1 a 0, porque si le hubiera cambiado golpe por golpe le habría ganado con comodidad.
Ramón Díaz va a tener que trabajar mucho si quiere recuperar a este equipo y no equivocarse con los refuerzos, que tienen que ser jugadores que desequilibren.
River terminó con una pesadilla, pero hasta puede clasificarse para la Copa Libertadores, así que el domingo estará atento esperando que el campeón no sea San Lorenzo.
Quilmes, si quiere mantener la categoría, tiene que ser un poco más audaz; ayer perdió dos puntos que tenía en el bolsillo y los perdió por "amarretear" juego y sacar a Caneo para poner a un volante de marca más.
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