Schoklender ahora dejó de comer

Sergio Schoklender dio a conocer que comenzó una huelga de hambre "hasta las últimas consecuencias" en su lugar de detención. Será para el exapoderado de las Madres de Plaza de Mayo la segunda medida de estas características luego de la que realizó junto a su hermano Pablo, veinte años atrás, cuando ambos estaban encarcelados por el doble asesinato de sus padres.

El mayor de los Schoklender confirmó su decisión en una carta que le envió al juez federal Norberto Oyarbide, que tiene a su cargo la investigación por el presunto desvío millonario de fondos de la fundación Madres de Plaza de Mayo, y en la que culpó al magistrado de su situación procesal. En la misiva exigió "la inmediata intervención del Consejo de la Magistratura" para ser citado en una audiencia y que lleve a cabo una pesquisa por "los actos presuntamente criminales" que le endilgó a Oyarbide.

El exapoderado fue detenido a mediados de febrero junto a su hermano Pablo y al contador Alejandro Gotkin, como supuestos organizadores de una asociación ilícita dedicada al desvío de fondos públicos que debían ser destinados a la construcción de viviendas. En la carta, consideró que el juez lleva adelante un proceso que "es una burla a los más elementales principios jurídicos" y "carente de la mínima ética que debería revestir la administración de justicia".

"Tengo el derecho a un juez honesto y no a alguien obligado a ser cómplice del Gobierno corrupto de turno", añadió. En esa línea, tildó al magistrado de "mero lacayo de (el senador oficialista) Aníbal Fernández o Carlos Zannini", secretario de Legal y Técnica.

De paso, evocó una causa abierta por la presunta propiedad del juez de un anillo que, según Schoklender, fue valuado en "más de 700 mil dólares" y mencionó "las más de 40 denuncias penales que obran en su contra". Y comentó que sobre la base de esas investigaciones el Gobierno "tiene el poder para extorsionarlo prometiéndole impunidad respecto de estos actos criminales".

"Sólo tengo mi vida y mis principios. Si tengo que elegir, estoy dispuesto a entregar mi vida, pero jamás cederé en mis principios. Sólo espero que los sicarios de Aníbal Fernández me disparen de frente y no como al maquinista que asesinaron con cuatro tiros por la espalda", agregó, en aparente alusión al asesinato no esclarecido de un motorman que era testigo en la causa por la tragedia de Once.