10 de junio 2022 - 00:00

Senado: avanzan los pliegos de los embajadores argentinos en Venezuela, Honduras y Ecuador

Durante la reunión de la comisión de Acuerdos, el radicalismo se cruzó con el postulante al país que comanda Nicolás Maduro por violaciones a los Derechos Humanos. Juntos por el Cambio definirá en las próximas semanas si rechaza o se abstiene. Guiños a los otros dos candidatos.

Anabel Fernández Sagasti
Anabel Fernández Sagasti

La comisión de Acuerdos del Senado, que comanda la legisladora camporista Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), avanzó ayer con los pliegos diplomáticos que designan a Gabriel Fuks, Pablo Vilas y Oscar Laborde como embajadores argentinos en Ecuador, Honduras y Venezuela. Las posiciones del último sobre los Derechos Humanos en el país que maneja Nicolás Maduro generaron cruces con la oposición de Juntos por el Cambio, que apoyó a los otros candidatos pero que, sobre éste, definirá si lo rechaza o se abstiene en las próximas semanas.

Fue el jefe del radicalismo en la Cámara alta, Luis Naidenoff, quien habló de “graves violaciones a los Derechos Humanos” en Venezuela y criticó las “marchas y contramarchas que desdibujan al Gobierno y al Estado” argentino. El formoseño también recordó las condenas de países como Brasil, Uruguay y naciones europeas, así como el informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

En respuesta, Laborde mencionó que el documento de Bachelet tenía una “continuidad” donde se mencionan “pasos prometedores”. El cristinista Oscar Parrilli fue más allá y se mostró preocupado por la “persecución ideológica y política” tras las gestiones de Hugo Chávez en Venezuela, y se quejó por la partida de Naidenoff de la reunión. En esa línea, agregó que el formoseño no estaba dispuesto a escuchar sobre las denuncias realizadas por el “golpe de Estado en Bolivia y el envío de armas”, o “cuando se destituyó a Dilma Rousseff en Brasil, entre otras cuestiones.

“No sabía que además de analizar pliegos de embajadores también lo hacíamos acá con los senadores”, respondió la radical Carolina Losada, que también leyó el informe actualizado de Bachelet relacionado con las preocupaciones por la falta de información pública en Venezuela, y solicitó a Laborde una nueva respuesta sobre si los Derechos Humanos se violan en aquel país. “Ya respondí tres veces y podría hacerlo de nuevo, pero repetiría lo que dije”, enfatizó el postulante.

El cónclave reactivó la comisión que mantuvo en silencio, durante largas semanas, Fernández Sagasti. Del otro lado, y a casi medio año de trabajo legislativo, Juntos por el Cambio aún no pudo designar a la vicepresidencia de la misma. De hecho, la legisladora camporista aprovechó para reclamarle al macrismo por “una mujer” para dicho lugar. Más tarde, Losada replicó sin piedad: “Hoy -por ayer- tratamos pliegos de tres hombres y, en los últimos tiempos, 27 pliegos designaciones de hombres, excepto una mujer”.

Quien expuso primero fue Gabriel Fuks, que estuvo en Cascos Blancos y también fue funcionario de la cartera de Seguridad de la exministra Sabina Frederic. El candidato apuntó a “reconstruir la presencia argentina”, así como el ascendente intercambio comercial a favor del país vía exportaciones -se destaca el automotriz- y la “unidad regional sin exclusiones”.

“La perspectiva de trabajo es grande”, dijo, ante las “amenazas y los desafíos de la nueva etapa mundial”, finalizó Fuks. Desde la oposición dio un generoso guiño el jefe del Pro, Humberto Schiavoni, quien aseguró que el postulante “es un hombre respetuoso de las instituciones democráticas”.

Por el lado del Frente de Todos, Parrilli direccionó la lupa a la “persecución” de los funcionarios del expresidente Rafael Correa. Una de ellas -a quien la Justicia local la encontró culpable en una causa penal- se encuentra en calidad de “huésped” en la embajada argentina. “No corresponde al embajador definir esta situación”, contestó Fuks, en clara referencia al reclamo de refugiado que plantea el cristinismo.

Seguido a ello disertó Vilas, de contactos más que estrechos con el camporismo. Señaló la necesidad de una “patria grande”, avaló el cambio de gobierno y de la “nueva etapa en Honduras” tras el “golpe de Estado”, y propuso la apertura de más mercados. Mencionó, entre otras, a la industria farmacéutica.

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