24 de agosto 2017 - 23:23

Senado: cruce Michetti-UCR en recinto por reglamento

• IMPIDIÓ CUESTIONES DE PRIVILEGIO DEL OFICIALISMO
La vicepresidenta se cruzó con el jefe del interbloque de Cambiemos, Ángel Rozas, y con el pampeano Juan Carlos Marino. Festín ultra-K.

Accidentada. La sesión de ayer en el Senado tuvo un impensado cruce entre Gabriela Michetti y dos legisladores de la Unión Cívica Radical.
Accidentada. La sesión de ayer en el Senado tuvo un impensado cruce entre Gabriela Michetti y dos legisladores de la Unión Cívica Radical.
Lo que debió ser una sesión tranquila para el oficialismo en el Senado dejó como saldo un accidentado encuentro en el recinto, tras el virulento choque que tuvo ayer la vicepresidenta, Gabriela Michetti, con dos legisladores de la Unión Cívica Radical: el jefe del interbloque de Cambiemos, Ángel Rozas (Chaco); y el vicepresidente primero de la Cámara, Juan Carlos Marino (La Pampa).

En Diputados y en el Senado, el reglamento no es demasiado preciso sobre las cuestiones de privilegio, que en realidad se deben pedir cuando los legisladores ven afectada su reputación o la honorabilidad de la Cámara. En los últimos meses, el kirchnerismo convirtió dicha acción en un vicio descontrolado para polemizar sobre cualquier tema político o social de la actualidad.

Durante el segundo mandato de Cristina de Kirchner, la entonces oposición gatilló un festín de cuestiones de privilegio contra el titular del Senado, el hoy multijudicializado Amado Boudou, por las sospechas contra el ex-DJ en la causa de la imprenta Ciccone. Hoy, estas acciones -permitidas por el reglamento- quedaron cada vez más desvirtuadas.

El encuentro de ayer en el Senado comenzó con cuestiones de privilegio válidas solicitadas por José Mayans (Formosa, delegado de Gildo Insfrán) y Mario Pais, del Frente para la Victoria-PJ. El primero se quejó por la decisión del presidente provisional del Senado, Federico Pinedo (PRO), de levantar rápido la sesión anterior -12 de julio pasado- por falta de quórum. En tanto, el segundo rechazó la "picardía" ocurrida en el Consejo de la Magistratura por la demora de la Corte para tomarle la jura como integrante de ese cuerpo, que el jueves pasado votó sin tenerlo a él en cuenta el juicio político al camarista Eduardo Freiler.



Las cuestiones de privilegio se derivan a la Comisión de Asuntos Constitucionales y no se puede bajo ningún aspecto debatirlas en el recinto, excepto que con dos tercios de los votos de los presentes se disponga un tratamiento preferencial para discutir en el momento.

Fue eso lo que pensó Michetti cuando solicitó la palabra Marino, acusado por Mayans de forzar la caída de la sesión del 12-7. "No voy a permitir que se dude de mi honorabilidad, no venía preparado para esto", disparó el senador pampeano, quien estaba a punto de pedir una cuestión de privilegio contra el formoseño.

"Yo puedo autorizar o no las cuestiones. Si es por un tema que se planteó hoy, es una respuesta (...) Como interpreto que es una respuesta, no se la voy a conceder", dijo Michetti. "Le agradezco mucho", replicó con ironía Marino.

La incipiente trifulca no quedó allí ya que, de inmediato, Rozas -integrante de la Magistratura y uno de los votos contra Freiler- pidió el mismo instrumento. La vicepresidente exigió que primero explicara el tema. "Si me deja hablar, se va a enterar (...) No sabía que tengo que confesarme primero", aseguró -molesto- el chaqueño.

"Si es por el mismo tema no la voy a conceder", expresó Michetti, y puso como ejemplo a Pinedo, quien se abstuvo de pedir una cuestión de privilegio. "Si usted cree que es la dueña, está equivocada", remarcó Rozas, quien además agregó que "la facultad" de la titular del Senado "es dirigir, no resolver", y pidió dejar el debate "para otro día".

Marino y Rozas, que podrían haber pedido una cuestión de privilegio contra Michetti por el bochorno de no permitir una cuestión de privilegio, evitaron el conflicto y se retiraron unos minutos para luego retornar al recinto. Durante la sesión se votaron varias iniciativas, entre las que se destaca la integración de una parte del Comité contra la Tortura (ver aparte) y una iniciativa que apuesta a que "el presupuesto destinado a la función ciencia y técnica" se incremente "progresivamente hasta alcanzar en 2030, como mínimo, un 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de cada año", objetada por algunos legisladores oficialistas.

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