• OFICIALISMO BUSCA ROMPER PJ "RACIONAL" Y VOLTEAR DISCUSIÓN DE TARIFAS El “ala política” de Cambiemos -referenciada en Rogelio Frigerio, entre otros- opera al máximo para ganar pasado mañana en el recinto y evitar veto de Mauricio Macri. Si lo logra, tensará negociaciones para ajustar la Ley de Gastos 2019 que auditará el organismo que comanda Christine Lagarde.
"Sería bueno que el oficialismo vuelva a pensar en su clásico 'segundo semestre'. Acá ya no se discute más el tema tarifas pero Cambiemos piensa que sí, como si una victoria el miércoles fuese trascendental. Lo importante es lo que viene". La frase, que un "bon vivant" de peripecias legislativas pinceló ante Ámbito Financiero, resume lo que el PRO pone en juego dentro de 48 horas en el Senado: una victoria en el recinto y la desactivación de un veto presidencial arañarán -con sangrado- la "mesa negociadora" que Mauricio Macri tuvo durante dos años y medio con el PJ racional a menos de cuatros meses del envío del Presupuesto 2019, que vendrá con ajustes tras el abrazo de la Argentina al Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de dólares.
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Otro trader premium del Congreso vomitó ante este diario la "necedad" del Gobierno desde que el debate se inició en la cámara de Diputados. En esa línea, alertó: "Llaman a un 'gran acuerdo' entre fuerzas luego de revolear proyectos sin consultar durante meses. Quieren descuartizar al peronismo y no digo que no estén habilitados a hacerlo, pero la oposición te pidió aunque sea un café post elecciones 2017 y ahora, en 48 horas, terminarías siendo tan 'mal pagador político' como los kirchneristas. Acá hay objetivo a corto plazo y también memoria a corto plazo, ya que parece que nadie se acuerda lo que fue diciembre del año pasado en el Parlamento con el pacto fiscal y la reforma del cálculo jubilatorio".
Toda esta trifulca se da con un Gobierno que, como objetivo mundialista, logró descomprimir fuertes tensiones financieras tras la devaluación del dólar de las últimas semanas, como resultado de un pésimo ajuste descremado durante dos años. Fue olímpica la "desaparición mediática" de Horacio Rodríguez Larreta y de María Eugenia Vidal en medio de la tormenta que tuvo el Gobierno. Reaparecieron tarde y sólo cuando la espuma bajó. Si la oposición vence el miércoles, habrá que pispear sus actitudes ante un eventual veto de Macri.
El oficialismo, que debe soportar la minoría en ambas cámaras hasta diciembre de 2019, tiene aún una gran ventaja durante las discusiones en el Congreso: el cristichavismo. Una clara muestra de eso fue la gran parte de las exposiciones que el camporismo realizó el miércoles pasado en Diputados, durante la visita del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Los misiles que debían atravesar el escudo oficialista llegaron más desde el peronismo y desde el Frente Renovador que responde al serpenteante y hoy clandestino Sergio Massa.
Para el segundo semestre de 2018 aparecen iniciativas que el oficialismo debe empujar y que la oposición en el Senado guardará en una organizada carpeta a la hora de recibir el llamado negociador. Además del Presupuesto 2019 -que auditará el FMI- se encuentra el pliego de la candidata a procuradora general de la Nación, Inés Weinberg de Roca; la demorada ley de extinción de dominio y la reforma electoral que chocó Frigerio -de manera infantil- en 2016. Otros proyectos parecen más cercanos de definición pero con otras dificultades, como la ley corta de telecomunicaciones de la que nadie quiso hablar en las últimas horas y que engloba un negocio fenomenal.
Anoche ningún teléfono de la oposición sonó. De no llegar a un acuerdo milagroso, Cambiemos y el resto de bloques -PJ, cristichavismo, etcétera- batallarán en el recinto con un piso cercano a 30 votos para cada uno. El jugueteo de ausencias y abstenciones será la clave de una trifulca parlamentaria "chica" que pondrá en juego un capital político mucho mayor para los próximos meses que, al parecer, el "ala política" de Casa Rosada aún no visualiza en sus correteos de poder.
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