16 de diciembre 2013 - 00:36

Señal de mesura de la CGT-Caló mientras gremios negocian bonus

Antonio Caló, Hugo Moyano
Antonio Caló, Hugo Moyano
La CGT oficialista refrendará ese apelativo mañana en una reunión de su denominada "mesa chica", convocada para reducir las expectativas frente a una posible generalización de los reclamos de adicionales salariales de fin de año e incluso de reapertura de paritarias.

Ambas advertencias crecieron en los últimos días, incluso de parte de sindicatos cercanos al Gobierno, producto de la aceleración de la inflación y de la crisis policial que derivó en aumentos salariales que hasta duplicaron los haberes.

Los dirigentes de la central obrera que lidera Antonio Caló eludieron hasta ahora pronunciarse sobre los bonus, aunque muchos de ellos negocian con sus cámaras empresarias ese tipo de beneficios. Por caso, la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), de Gerardo Martínez, intenta negociar el pago de 3.000 pesos como compensación por las últimas alzas de precios. Hasta la propia Unión Obrera Metalúrgica (UOM), de Caló, hizo planteos de esas características, aunque todavía no generalizados sino por empresas.

El pronunciamiento de la "mesa chica" será un bálsamo para el Ejecutivo, apestillado por sindicatos opositores como el de los camioneros, de Hugo Moyano, que la semana pasada se movilizó a una sede del Ministerio de Trabajo para reclamar el pago de un adicional de $ 4.500 de fin de año. Moyano reunirá hoy el plenario de la Federación de Camioneros para fijar la fecha de un eventual paro de actividades.

Como anticipó este diario, la principal cámara de transportistas de carga (Fadeeac) aguarda una señal del Ejecutivo para habilitar este miércoles, en la segunda audiencia ante la cartera laboral, el pago de alguna suma para evitar una huelga.

Moyano, por su parte, prefiere evitar un paro nacional, sobre todo porque coincidiría con fechas como el 19 o el 20 de diciembre, que desde 2001 representan para los argentinos una asociación directa con los episodios sangrientos que desembocaron en la caída de Fernando de la Rúa.

En cualquier caso, la obtención de un monto compensatorio por parte del jefe de la CGT opositora sumaría presión a sus colegas de la central oficialista, que en reserva admiten que sus bases demandan una negociación similar para llegar en mejores condiciones a las fiestas de fin de año. El pacto de esos dirigentes implicará negociar de manera silenciosa eventuales bonus y fijar una posición institucional como CGT desvinculada de esos planteos.

Con esa premisa los gremialistas llegarán el miércoles o jueves a una reunión convocada por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich (ver pág. 15), en la que también participará la CTA oficialista de Hugo Yasky.

En sentido contrario, la versión opositora de esa central alterna, encabezada por el estatal Pablo Micheli, resolvió movilizarse el 19 de diciembre para reclamar un plus de fin de año y una suba del salario mínimo, vital y móvil, entre otras demandas que comparten gremios clasistas y delegados sindicales de izquierda.

Mientras Capitanich buscará reducir esta misma semana las expectativas al alza de sindicatos con los salarios y de empresarios con los precios, en una nueva reunión tripartita, el Ministerio de Trabajo les hizo saber a los dirigentes que no avalará administrativamente acuerdos por sumas adicionales de fin de año, tal como informó este diario.

Para ello, los funcionarios de la cartera laboral, que dirige Carlos Tomada, echarán mano del recurso de no homologar esos entendimientos y, por lo tanto, restarles fuerza de ley. Esa advertencia fue uno de los principales ejes de la protesta de Moyano de la semana pasada.

La falta de ese reconocimiento administrativo afecta más a los gremios más débiles, sin el poder de movilización como para presionar a los empleadores para el cumplimiento de los acuerdos salariales.

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