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Show business
Chris Brown actuará el domingo en los Grammy, pese a haber estado prohibido hasta ahora luego de propinarle hace tres años una golpiza a su entonces novia, la cantante Rihanna. Desde entonces la imagen de Brown se ha visto marcada por el incidente, tras golpear a Rihanna en un coche, después de un ataque de celos por un presunto mensaje a otro hombre. Las fotografías con los golpes en la cara de la intérprete dieron la vuelta al mundo y Brown «pagó» con cinco años de libertad condicional y seis meses de servicio comunitario, además de la cancelación de contratos publicitarios y su exclusión de la ceremonia más importante del mundo musical. Pero ahora regresará, respaldado por el éxito en ventas de su disco, «F.A.M.E.». Actuará sobre el escenario ante la mirada de Rihanna, que también tiene previsto un número en la agenda de los Grammy. No podrá acercarse, eso sí, a menos de 10 metros de su ex novia, para respetar la orden de restricción del juez.
Juanes y los ovnis
El cantautor colombiano Juanes dijo que el año pasado tuvo una experiencia «increíble» al avistar en el cielo de la ciudad suiza de Ginebra unas luces que formaban figuras geométricas, y que no podían ser otra cosa que ovnis. El músico relató la anécdota, que vivió sobrecogido una madrugada de «agosto o septiembre de 2011» en un hotel de Ginebra, mientras afinaba su guitarra. Juanes contempló durante unos quince minutos todo un espectáculo en el que, según dijo, «las luces formaban formas geométricas que cambiaban cada cinco minutos». Después contrastó su experiencia con otros testimonios en Internet y le sorprendió encontrar un documental que reproducía exactamente lo que acababa de ver. Juanes calificó la experiencia como una de «esas cosas que te marcan en la vida. Todo lo que uno ha pensado se reacomoda, hay que saberlo interpretar. Siempre he pensado que hay vida en otras partes de la galaxia».
La sorpresa de Madonna
Madonna aseguró a través de su abogado que el grosero gesto que la rapera británica MIA realizó frente los 111,3 millones de televidentes que siguieron el Super Bowl el domingo en EE.UU. no estaba planeado. Según el letrado, la reina del pop no tenía idea de que su invitada fuese a hacer ese gesto mientras entonaba la frase «I dont give a shit». «Madonna pretendía ofrecer un espectáculo que impresionase a todo el mundo, pero todos acabaron hablando del dedo de esta chica», ha manifestado su portavoz. Madonna había preparado -y ensayado durante semanas- con una puesta en escena que coincidía con el lanzamiento de «Give Me All Your Luvin», primer single de su nuevo disco, que verá la luz en marzo y está llamado a dejar en segundo plano al nuevo símbolo Lady Gaga. En el entorno de MIA señalaron que «todo fue fruto de la adrenalina del momento. Está terriblemente arrepentida». El gesto tampoco ha pasado inadvertido para la NBC, la cadena que retransmite cada año el show desde 1967. Los artistas que actúan en el Super Bowl firman un estricto contrato previo (también con la NFL) que les prohíbe expresamente hacer cualquier gesto obsceno o provocativo impropio so pena de recibir una cuantiosa multa.
Demanda a Sothebys
Un barón inglés demandará a la casa de subastas Sothebys por asegurarle que el collar de oro que pretendía vender era una réplica de una joya de la época Tudor y no el original, por lo que el noble lo vendió por mucho menos dinero. Guiado por la calificación de la casa de subastas, lord Coleridge vendió el «Collar de Coleridge» a un particular en 2006 por 35.000 libras (42.000 euros). Sin embargo, dos años después, el comprador subastó la joya en Christies como una pieza de la época Tudor (1485-1603) y que la casa de subastas definió como «un pedazo fascinante de historia, una obra de arte y una extraña reliquia». Sothebys defenderá esta semana ante los tribunales que el collar es una copia y que es poco probable que el original haya sobrevivido a la guerra civil inglesa (1642-1651), durante la cual la mayoría del oro del país se fundió para pagar los salarios del Ejército.
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