6 de agosto 2009 - 00:44

Sigue cayendo la actividad industrial: el 3,5% en junio

• Se la compara con el peor mes del conflicto con el campo

Héctor Méndez
Héctor Méndez
La caída en la actividad industrial parece haberse morigerado, aunque no detenido: según el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (CEUIA), el descenso en junio alcanzó 3,5%; con esta nueva baja, la producción industrial del país acumula una retracción del 8,7% en el primer semestre de 2009 en relación con igual período del año anterior. Según el INDEC, en junio se había producido una suba del 1% en la actividad industrial, dato que dio a conocer hace algunos días.

Justamente para que nadie piense que lo peor de la crisis ya pasó, el informe del CEUIA apunta que «la mayoría de los sectores de la industria continúa presentando escaso dinamismo y marcados retrocesos: es el caso de metalmecánica, textiles, caucho y plástico, papel y cartón, autopartes, madera y muebles y materiales para la construcción, entre otros».

Los guarismos son negativos y además no permiten el optimismo que podría desprenderse de esta aparente reducción de la baja: ésta se explica en el hecho de que la comparación es con junio de 2008 (conflicto del campo) y que además las cifras que reflejan la inversión de los empresarios siguen en niveles de catástrofe: la importación de bienes intermedios y partes para bienes de capital sufrió un descenso del 43,5%, y lo único que impidió que también la importación de bienes de capital se desplomara fue la compra de dos aviones para Aerolíneas Argentinas, que hizo que ese guarismo «trepara» al 2,4%.

En otras palabras: es tan chica la entrada de máquinas para producir más, que el ingreso de dos Boeing 737-700 «mueve el amperímetro» de manera más que significativa. Y nadie está equipando o reequipando plantas fabriles, existentes o nuevas.

De acuerdo con el informe del CEUIA, el estudio demostraría que «en términos absolutos, el nivel de producción se ubica levemente por encima de marzo, abril y mayo, lo que confirmaría una tendencia a la estabilización de la producción, pero a niveles inferiores a los del año pasado».

Sin embargo, no sería tan así: la menor tasa de descenso no se atribuye a una suba de la actividad, sino al hecho de que se la compara con junio del año pasado, que había sido un mes pavoroso. Por entonces, el país estaba inmerso en el conflicto del Gobierno con el campo, y eso provocó el recorte de la producción en casi todos los rubros, pero especialmente en el agroalimentario, uno de los pilares de la industria nacional. Ésa es la causa de que el índice interanual muestre que la producción de alimentos y bebidas subió un 22,5% en junio de este año comparado con junio de 2008, en pleno pico de la pelea por las retenciones móviles.

Entre los sectores que mostraron mejoras, el CEUIA menciona al químico, petroquímico y cemento; en sentido inverso, una de las industrias que hizo descender el índice volvió a ser la automotriz, a pesar de que -según el informe- «mostró una caída menor que la de los meses previos, del 13% contra el 37,9% de baja de los primeros cinco meses del año». También las exportaciones industriales cayeron un 5%; la baja no fue mayor porque se reactivó la colocación de vehículos de fabricación nacional en Brasil.

Apenas conocido el informe, hubo quien atribuyó el cambio de tendencia en la cifra de descenso de la actividad industrial (seguramente, sin haber estudiado el informe en detalle) a una supuesta mejor relación de la UIA con el Gobierno de los Kirchner. La especie fue rápidamente desmentida por un alto dirigente de la central fabril que preside Héctor Méndez con un argumento difícil de rebatir: «Cuando los números eran malos para el Gobierno nadie los cuestionaba. Ahora son tan verosímiles y ajustados a la realidad como antes».

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