Colombo - Al menos 207 personas, incluyendo docenas de extranjeros, murieron y cerca de 500 resultaron heridas ayer en atentados explosivos contra tres iglesias que celebraban la misa de Pascua y cuatro hoteles de lujo en Sri Lanka.
Pascua de sangre en Sri Lanka con 207 muertos y 500 heridos
Hubo atentados contra tres iglesias que se encontraban en plena misa y cuatro hoteles. Al menos en uno de ellos, los testigos hablan de un hombre bomba.

Trece personas fueron detenidas, indicó el primer ministro, Ranil Wickremesinghe, en un mensaje por televisión. “Se trata de gente del país”, añadió, aunque se investigan posibles “vínculos con el extranjero”, añadió sin dar más detalles.
Según el portavoz de la Policía, Ruwan Gunasekara, también fue decomisado un vehículo que habría sido usado para transportar a los sospechosos a la capital, Colombo.
Por el momento, los ataques no fueron reivindicados, agregó el vocero en una conferencia de prensa.
El Gobierno ordenó un toque de queda por tiempo indeterminado y el bloqueo temporal de las redes sociales para evitar la difusión de informaciones falsas.
Seis deflagraciones se produjeron en la mañana y otras dos a la tarde. Al menos en dos ataques hay relatos de testigos que hablan de un kamikaze como autor.
Se trata del episodio más violento ocurrido en el país desde el fin de la guerra civil hace una década.
Al menos 35 extranjeros figuran entre los fallecidos, incluyendo un portugués, un holandés y varios estadounidenses. Japoneses y británicos resultaron heridos.
“Aunque todavía están surgiendo muchos detalles de los ataques, podemos confirmar que varios ciudadanos estadounidenses están entre los muertos”, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo.
Los cuerpos de 27 personas, presuntamente extranjeras según las autoridades, ingresaron en el hospital nacional de Colombo, señaló el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores Ravinatha Aryasinha.
“Fue un torrente de sangre”, dijo N. A. Sumanapala, un comerciante que tiene su negocio al lado de la iglesia de San Antonio en Colombo, atacada por la mañana. “Corrí adentro para ayudar y encontré al sacerdote cubierto de sangre”.
En un video filmado en una de las iglesias atacadas se veían cuerpos descuartizados en el suelo, lleno de escombros y de sangre. La explosión fue tan fuerte que provocó la destrucción de parte del techo.
Las primeras explosiones ocurrieron en la iglesia de la capital y en la de San Sebastián, en Negombo.
En el hotel Shangri-La de Colombo testigos constataron importantes daños en un restaurante del segundo piso, con las ventanas destruidas y los cables colgando.
También fue atacado el Cinnamon Grand Hotel, cercano a la residencia oficial del primer ministro.
Un ciudadano de Sri Lanka que se había registrado en el hotel la noche anterior bajo el nombre de Mohamed Azzam Mohamed hizo estallar una bomba en la fila de gente que aguardaba el bufet de Pascua del restaurante.
“Eran las 8 y media de la mañana. Había muchas familias”, contó un empleado. El kamikaze, “con un plato en la mano, se digirió al principio de la cola y se hizo estallar”, agregó.
El ministro de Reformas Económicas, Harsha de Silva, dio cuenta en Twitter de “escenas horribles” en la iglesia de San Antonio y en dos de los hoteles atacados, que visitó.
“Vi fragmentos de cuerpos desperdigados por todas partes”, tuiteó, añadiendo que había “muchas víctimas, incluyendo extranjeros”.
En tanto, el arzobispo de Colombo, Malcom Ranjit, exhortó al Gobierno a “castigar sin piedad” a los responsables, a través de una “investigación sólida e imparcial”.
El papa Francisco expresó dirigiéndose a los fieles reunidos en la Plaza San Pedro del Vaticano su “tristeza” y se declaró cerca de “todas las víctimas de una violencia tan cruel” (ver nota aparte).
Sri Lanka (21 millones de habitantes) es un país mayoritariamente budista, pero en el que están presentes importantes minorías católica, de otras iglesias cristianas, hindú y musulmana.
El jefe de la policía de Sri Lanka, Pujuth Jayasundara, alertó hace diez días en una nota a los oficiales de alto rango de que un grupo terrorista musulmán planeaba ataques suicidas contra “iglesias importantes, así como contra la embajada india en Colombo”.
El NTJ es un grupo islamista radical de Sri Lanka que se dio a conocer el año pasado cuando fue implicado en actos vandálicos contra estatuas budistas.
Los católicos son percibidos en el país como una fuerza unificadora, ya que tienen adeptos tanto entre los tamiles como entre los cingaleses, etnias que estuvieron comprometidas en una cruentra guerra civil. Sin embargo, algunos cristianos son mal vistos porque apoyan las investigaciones internacionales sobre los crímenes cometidos por las fuerzas armadas contra los tamiles durante la pugna que culminó en 2009.
Según la Organización de Naciones Unidas, el conflicto de 1972 a 2009 dejó entre 80.000 y 100.000 muertos.
En 2017, la Alianza Nacional Evangélica Cristiana de Sri Lanka registró un centenar de incidentes contra los cristianos en la isla, según un informe del Departamento de Estado estadounidense.
El año pasado, las autoridades decretaron 12 días de estado de emergencia para contener unos disturbios contra los musulmanes en el centro del país.
Agencias AFP, Reuters, ANSA y Télam
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