Cuando se habla sobre la necesidad de llevar adelante una reforma tributaria, no solo se menciona como punto principal la necesidad de reducir la presión fiscal sobre el sector de la economía que opera “en blanco”. Junto con ello, en igualdad de condiciones, aparece el reclamo por la simplificación del sistema que, a todas luces, resulta tan complicado que exige en muchos casos a las empresas disponer de una mayor cantidad de empleados en áreas contables para poder atender todos los trámites que exigen los diferentes estamentos del Estado.
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Una pyme argentina es alcanzada por 57 formas de tributar distintas
En ese sentido, un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) indica que en la Argentina una pyme llega a estar alcanzada por 57 maneras diferentes de tributar. Se trata de lo que se denomina Vademécum Tributario Pyme. “Considerando los tributos que recaen sobre la pyme representativa, el total de tributos es de 33. Por el lado de los regímenes de retención, percepción e información, una pyme soporta 24 regímenes distintos”, señala el informe.
La entidad que dirige el economista Nadín Argañaraz toma como modelo el caso de una empresa que cuenta con un establecimiento propio, una flota de por lo menos un vehículo y varios productos electrónicos para realizar sus actividades y renueva por lo menos uno de ellos una vez al año. Además, para su proceso productivo utiliza insumos importados y logra exportar una cierta cantidad de su producción.
A nivel nacional la empresa paga 16 impuestos: entre ellos, IVA, Ganancias, al Cheque, internos para autos, celulares, electrónicos, PAIS, retenciones y aranceles, entre otros. A nivel provincial son 9, entre los cuales el principal es Ingresos Brutos, al que se suman el inmobiliario, automotor y sellos. A nivel municipal, son 8 entre los que están las tasas de Publicidad y Propaganda y las polémicas tasas de Seguridad e Higiene, ya que muchas comunas en vez de cobrar un cargo por el servicio que prestan, cobran un porcentaje de la facturación tomando la base de tributación de Ingresos Brutos.
La presión tributaria argentina no es muy diferente de muchos países de la OCDE, del orden del 30% al 33%, medida como porcentaje de la recaudación respecto del PBI, sin tener en cuenta las tasas municipales. El problema es que la presión fiscal legal (en caso de que hubiera cero de evasión fiscal) llegaría a niveles del 45%, según un estudio del IERAL. Es decir, que si se redujera la evasión en 15 puntos se podría reducir impuestos.
Datos de la Secretaría de Ingresos Públicos de 2022 señalan que la presión fiscal nacional es del 24,55%, mientras que la provincial es de 5,08%.
Carlos Lamiral
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