Periodista: ¿Su carrera de actriz no tiene conflictos con la de cantante?
Soledad Villamil: Para nada. En todo caso, el teatro puede ser un poco más complicado, porque sucede también de noche, pero hasta ahora no ha sido problema.
P.: Su último disco marcó un giro en su historia como cantante ¿Cómo fue ese proceso?
S.V.: Fue algo natural. Había canciones que se iban metiendo en los shows, temas provenientes de otros repertorios distintos del tango o a la milonga con los que había arrancado. Y de la mano de ese cambio de repertorio fueron modificándose también el concepto, los arreglos, el modo de interpretarlos. El algo que simplemente fue sucediendo y que luego uno piensa y contextualiza. Y a la hora de grabar aparecieron otros músicos y otros sonidos: por ejemplo, no hay bandoneón y hay un bajista como el uruguayo Daniel Maza.
P.: ¿Lo mismo puede decir de su presencia más fuerte como autora?
S.V.: Ya había algo en el disco anterior. Y ahora hay varios temas más que hicimos con José Teixidó. La mayoría ya se estaban integrando también en los conciertos y un par fueron escritos especialmente en el momento de grabar. Pero sí, también tiene que ver con algo que se fue dando. Tanto en mi trabajo como actriz como en el de cantante, le venía poniendo voz a las palabras de otros; parece que era hora de empezar a decir mis propias palabras.
P.: ¿Tiene algún sentido especial el volver a La Trastienda después de varias temporadas en el Torquato Tasso?
S.V.: Es un lugar muy importante para mí. Ahí, con el espectáculo "Glorias porteñas", fue la primera vez que canté sobre un escenario. Si bien aquella era una propuesta que tenía mucho de teatral, con puesta de época, personajes, etc., significó mi aparición como cantante.
P.: Cuando usted empezó a mostrarse como cantante, consideraba a la actriz en un lugar más central en su vida. Después de muchos discos y conciertos, ¿sigue siendo así?
S.V.: Para mí, ser actriz es como ser mujer. Pero es evidente que en los últimos años la música ha ido adquiriendo un lugar importantísimo en mi vida, tanto en lo emocional como en lo concreto. Cada vez ocupa más lugar en mi pensamiento, en mi agenda, en todo. Eso hace que últimamente seleccione más lo que acepto para hacer como actriz.
P.: ¿La espalda más ancha después de los reconocimientos internacionales le permite ese lujo?
S.V.: Siempre me tomé tiempo para decidir con qué me iba a involucrar. Desde que tengo 20 años fue así. Me importa qué historia se va a contar, con quién se va a hacer, cuál es el tema. Pero sin dudas, ahora trato de ser más organizada con los tiempos, justamente para reservarle lugar a la música. Y por suerte, no faltan propuestas para llevar lo musical por diferentes lugares del país.
Entrevista de Ricardo Salton |
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