6 de mayo 2009 - 19:21
Gomorra
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Ver Nápoles y después morir: el valor de la vida humana cotiza en cero en «Gomorra», duro registro sobre la mafia napolitana.
No hay referencias, por ejemplo, a los dueños de las marcas de prestigio y charme que se benefician con la explotación de los talleres de costura ilegales en Nápoles, y que podrían haber producido interesantes villanos de guante blanco. Lo que se examina, en cambio, es el enfrentamiento interno entre esa mafia que controla a la industria textil clandestina con la rival producción clandestina de los chinos a través de un ingenuo tránsfuga, contratado por éstos, para dar lecciones en sus talleres a razón de 10.000 euros la clase.
El libro, además de esta historia, enhebra otras cuatro que son narradas de manera inter-calada, y en donde sobresale, sobre todo por ser una de las primeras veces que se toca este tema en un film sobre mafiosos, el negocio de los desechos de basura química, terrorífica actividad que no sólo descompone a los militantes de Green Peace. Protagonizada esta parte por Servilo, el film da cuenta de los siniestros pormenores de la especialidad mafiosa apoyándose en la relación que establece el boss con un inexperto asistente.
Los otros temas, aunque más tratados por el cine (la guerra de bandas por el dominio del territorio, el tráfico de drogas, la vida de los recaudadores del dinero negro) están ensamblados en ese mismo discurso crudo y fuerte, en el cual despuntan las subtramas de los dos inocentes energúmenos que pasan su vida citando el «Scarface» de De Palma («vamos a matar a todos los colombianos» es su leitmotiv), que creen que serán capaces de trabajar sin un boss, o el del chico que no tiene problemas en entregar a la muerte a una mujer.
Los letreros finales recopilan escalofriantes datos del libro de Saviano, como que los casos de cáncer en la región aumentaron 20% después de la instalación de esos gigantescos basureros químicos, o que la Camorra fue la prime-ra institución que reaccionó luego de la caída de las Torres Gemelas: no en el sentido solidario desde ya, sino que será inversora en su reconstrucción.
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