2 de julio 2008 - 00:00
"Yo no derrocho, pero hoy filmar exige cada vez más"
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P.: ¿Le gusta hacer producciones difíciles?
E.C.: Fácil ya no hay nada. Pero, si «Juana la loca» fue difícil, costosa, ésta fue muy difícil, porque recreamos el Madrid de los '30, con el tranvía, la vieja Cibeles, la Castellana, el primer Paseo de la Victoria, etc. Dieron trabajo, pero lo importante de las dos son las historias. Ahí destaco al guionista y coproductor Pedro Costa, que siempre trae muy buenos proyectos, como éste, «El caso Almería», «Una casa en las afueras», «Pídele cuentas al rey», hemos colaborado en varios, y también hizo los diálogos de «La buena estrella». Me dicen que también tiene un homónimo portugués, un director intelectual muy aburrido, no lo conozco.
P.: ¿Podemos repasar su carrera?
E.C.: Empecé bien de abajo, haciendo todo el escalafón desde meritorio (el aprendiz sin sueldo) en adelante. Mi primer meritorio fue hace 41 años, «Un millón en la basura», con Rafaela Aparicio, López Vázquez, Sacristán, Sazatornil, dirección de José María Forqué, gran cineasta y persona. Con él, también, varias de Analía Gadé y Fernando Fernán Gómez, cuando todavía eran pareja, como «La vil seducción», maravillosa película. De a poco empecé a producir, y ya habré producido unas 80, de toda clase.
P.: Incluyendo westerns, eróticas, de terror en inglés.
E.C.: Algunas hemos hecho, como siempre colaborando con la industria del cine. También soy exhibidor, sí, pero poco. Apenas tengo 19 salas, ese no es el negocio.
P.: ¿Y cuál es entonces?
E.C.: El negocio es vender a la TV, en calidad original, las viejas películas que he ido comprando y que estamos masterizando, con gran esfuerzo pero resultado fenomenal. Tengo unos 2000 títulos memorables, de todos los sellos españoles, y otros tantos italianos y de la RKO.
P.: ¿No tiene, de paso, alguna anécdota de cuando Penélope Cruz y Javier Bardem trabajaron con usted?
E.C.: Sí, ella estaba empezando y ya se veía que podía explotar en cualquier momento en el mercado internacional. Lo mismo Bardem, a quien hice hacer de lustrabotas. Trabajé con muchas grandes figuras: Paco Rabal, Laureen Bacall, Peter O'Toole, Ornella Muti, Fernando Rey, Juan Diego, Gian Maria Volonté, también los Alterio, Darío Grandinetti, Maria Barranco, Antonio Resines, y directores como Camus, Aranda, Cuerda, Garci.
P.: ¿Y nadie le dio algún problema?
E.C.: Hombre, trabajar con artistas nunca es fácil, pero luego se ponen serios y cuidan sus trabajos.
P.: ¿Qué opinó Ernesto Sabato de la versión de «El túnel» que usted produjo en 1987?
E.C.: Creo que la aceptó. Ni le entusiasmó ni le afectó. Y conmigo no ha quedado ofendido. Pero yo solamente la coproduje. Ya bastante difícil era alcanzar no sólo la magnífica historia suya, sino la primera versión cinematográfica, la de León Klimovsky, protagonizada por Carlos Thompson y Laura Hidalgo. Nosotros pusimos un magnífico reparto con Jane Seymour, Peter Weller, decorado, ambiente, fotografía, tomas en el metro porteño, buen look, creo que el resultado no fue malo. Pero eso fue hace tiempo. Ahora tengo en carpeta «La vara de Rasputín», segunda parte del éxito «El oro de Moscú», y una remake de «Los últimos de Filipinas», rodada en 1945.
P.: ¿Eso no despertará ecos del viejo cine franquista?
E.C.: Ah, no lo sé. Hasta ahí no llego. Lo único que sé es que se trata de un episodio histórico que hay que contar como tal, sobre unos españoles que defendieron una iglesia de España hasta cuando ya no había nada que defender, y cuando al fin se rindieron, el ejército enemigo los recibió con todos los honores. Para mí es importante que algo así se recuerde.
Entrevista de Paraná Sendrós
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