El relevamiento de los flujos de cartera hacia los mercados emergentes muestra en junio pasado una muy fuerte recuperación que, según las estimaciones del IIF, alcanzó los u$s42.800 millones, destacándose los ingresos de capitales hacia los bonos emergentes que totalizaron u$s32.900 millones, un salto drástico respecto de los u$s8.700 millones de mayo pasado. Por lo visto en junio, China siguió siendo el principal impulsor representando u$s23.800 millones, aunque los emergentes, excluyendo al gigante asiático, también tuvieron un repunte significativo a u$s9.100 millones desde flujos negativos en los meses anteriores.
Alto "carry trade" global: en junio hubo fuerte flujo de inversiones hacia mercados emergentes
Además de los altos rendimientos del "carry", sigue también el atractivo por las valuaciones de las acciones en detrimento de los activos de mercados desarrollados. Pero inversores parecen estar subestimando que se avecinan riesgos globales.
-
Euro hoy y Euro blue hoy: a cuánto se ofrece este miércoles 16 de julio
-
Dólar blue hoy: a cuánto opera este miércoles 16 de julio

Los altos rendimientos del "carry trade" siguen siendo aprovechados por los inversores.
Mientras que, por el lado de la renta variable, los flujos sumaron u$s9.900 millones, lo que es un modesto aumento respecto de los u$s8.100 millones del mes anterior. Fueron los mercados emergentes de Asia lo que concentraron la mayor parte de las entradas, con u$s6.900 millones, impulsados por la demanda de exposición a la tecnología y la manufactura, explican los analistas.
Si bien el IIF destaca que los flujos se beneficiaron de las condiciones globales favorables, ya que consideran que la economía global está en una especie de lo que se conoce como “ricitos de oro” en referencia a una situación económica ideal, donde el crecimiento no es ni demasiado rápido ni demasiado lento, y la inflación se mantiene bajo control, sin embargo, advierten que los riesgos siguen infravalorados. ¿Qué pasó en junio?
- Los flujos de capitales internacionales hacia mercados emergentes crecieron fuerte continuando el sólido impulso observado en los últimos meses y destacando lo que se ha convertido en un momento ideal para los activos de mercados emergentes. Esto refleja la inusual combinación de tasas globales más bajas, un dólar más débil y fundamentos macroeconómicos relativamente resilientes en los emergentes, lo que crea un entorno que no se percibe ni demasiado favorable ni demasiado favorable para los flujos de capital.
- Tanto los segmentos de bonos como de renta variable contribuyeron a la recuperación, con los flujos de renta fija nuevamente a la cabeza. Si bien las cifras de junio son impresionantes, tienen precedentes históricos, ya que episodios anteriores del último año han registrado aumentos de flujos de capital igualmente fuertes.
- El contexto general sigue siendo de fragmentación, elevado riesgo político y tensión geopolítica, lo que obliga a los inversores a navegar por un panorama más complejo, incluso con una mejora en la confianza del mercado a corto plazo.
- Los flujos hacia la renta fija emergente aumentaron muy fuerte donde la deuda en moneda local se mantuvo particularmente atractiva, respaldada por la debilidad del dólar, el alto “carry trade” y la credibilidad de los marcos de política interna. En tal sentido, la rentabilidad del año hasta la fecha se ha visto impulsada por las ganancias cambiarias y la duración, con monedas como el peso, el real y el won a la cabeza. Mientras tanto, los mercados de deuda en moneda fuerte registraron una sólida emisión primaria, lo que resaltó la resiliencia de los inversores, incluso en los segmentos crediticios más riesgosos.
- En la renta variable, fueron los mercados emergentes de Asia los que impulsaron la mayor parte de las entradas, por la mayor demanda de exposición a la tecnología y la manufactura, y por señales de inflación estabilizadora. América Latina atrajo u$s2.400 millones mientras que Europa emergente añadió u$s1.700 millones. En contraste, los flujos de capital de Medio Oriente Medio y del Norte de África (MENA) se mantuvieron negativos en u$s1.200 millones, lo que refleja cautela ante la volatilidad del mercado petrolero y las continuas recalibraciones fiscales en toda la región.
- A nivel regional, Asia emergente lideró la tendencia con u$s21.300 millones en flujos totales, seguida de América Latina con u$s11.300 millones, Europa emergente con u$s6.300 millones y Medio Oriente y Norte de África con u$s3.900 millones. Particularmente notable fue el fuerte repunte de los flujos de deuda latinoamericana, que ascendieron a u$s8.900 millones desde territorio negativo el mes anterior, lo que pone de manifiesto el renovado interés por los mercados locales de alto rendimiento.
- El calendario de emisiones fue activo, con los bonos soberanos captando u$s29.200 millones y las empresas u$s15.400 millones en junio. Los créditos con grado de inversión continuaron dominando, pero los bonos de alto rendimiento como Brasil, Turquía y Barbados disfrutaron de una sólida demanda, a menudo sobre suscripta.
- Una característica destacada del panorama actual de emisiones es la creciente prominencia de Arabia Saudita como emisor en dólares, superando a China para convertirse en el mayor prestatario de divisas fuertes de mercados emergentes. Este cambio ha transformado el perfil de riesgo país en el universo de bonos en dólares de mercados emergentes, lo que subraya una base de prestatarios soberanos más diversificada. Además, se siguen observando señales de desdolarización, con países como Uruguay expandiendo sus colocaciones en divisas alternativas.
¿El mercado continúa subestimando riesgos?
El economista Jonathan Fortun del IIF advierte que el mercado continúa subestimando las posibles consecuencias de la agenda comercial y arancelaria de la administración Trump. Explica que estas medidas pueden interrumpir las cadenas de suministro, amplificar la inflación y desencadenar represalias, riesgos que siguen subestimados en el actual clima de riesgo global. “Al mismo tiempo, las perspectivas de crecimiento global más débiles, especialmente en las economías avanzadas, contribuyen a sostener los flujos hacia los mercados emergentes”. Pero alerta que los inversores se sienten cada vez más atraídos por los activos de mercados emergentes no solo por su rendimiento, sino también por su potencial de crecimiento relativo, ante la desaceleración en los mercados desarrollados, pero los mismos factores que atraen capital hacia los emergentes, incluidas las expectativas de una menor demanda externa, también plantean dudas sobre la durabilidad de los beneficios empresariales, los balances fiscales y la calidad crediticia a medio plazo.
“Para los emergentes, la combinación de elevados rendimientos reales, la mejora de los balances externos y una dinámica de deuda más estable ha proporcionado un sólido ancla para las entradas de capital, sin embargo, la marca para una participación sostenida ha subido. Los inversores son cada vez más selectivos y priorizan a los países con marcos de política macroeconómica creíbles, sólidas bases institucionales y necesidades de financiación externa manejables”, afirma Fortun. Si bien la búsqueda de rentabilidad sigue siendo una fuerza poderosa, ahora se somete a un escrutinio más riguroso: la narrativa de "Ricitos de Oro" para los emergentes sigue siendo convincente, pero su perdurabilidad depende de un delicado equilibrio entre las condiciones globales favorables, la credibilidad de las políticas nacionales y los riesgos globales que los mercados podrían estar subestimando actualmente.
Por ende, señala Fortun, mantener el impulso actual requerirá no solo un buen rendimiento, sino también claridad sobre la trayectoria monetaria global, resiliencia ante las perturbaciones externas y un progreso estructural continuo en las principales economías emergentes.
Dejá tu comentario