Comenzó ayer en Palermo, en el marco del torneo ATP de tenis que se disputa en el Buenos Aires Lawn Tennis, la prueba piloto de institucionalización de los llamados cuidacoches (algunos les dicen « franelitas», por esa costumbre de llevar un trapo en la mano, mientras señalan el lugar donde se puede estacionar el vehículo). El inicio del programa fue un tanto accidentado, ya que muchos automovilistas se quejaban de los cinco pesos que debían abonar para dejar sus autos.
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Es que si bien el Gobierno porteño dejó en claro que el pago era voluntario, algunos cuidacoches no le aclaraban esta situación a los conductores, sino que directamente decían: «Son cinco pesos». Esto trajo el enojo de varios automovilistas, que desconociendo el hecho de que podían negarse a pagar, decidían alejarse de la zona. Otros, en cambio, se resignaban a abonar la cifra.
Con pecheras naranjas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y una credencial identificatoria en su pecho, los cuidacoches ofrecían un bono a beneficio de la Fundación del Hospital Garrahan, de la Casa Cuna y de la Fundación Huésped.
Además, hasta ayer se sabía que iban a existir dos tipos de tickets: uno de dos pesos y otro de cinco. Pero también ayer el subsecretario de Seguridad porteño, Enrique Carelli, aclaró que las fundaciones sólo « acercaron bonos de cinco pesos».
De ese importe, 60% irá para el cuidacoches, y el resto para las fundaciones. Aunque, según el funcionario, los valores y porcentajes aún no están claros. Por eso, reconoció que «esto es algo complejo, lo estamos poniendo en marcha ahora» porque « queremos ver cómo funciona».
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