Quebró una empresa que recolectaba ADN y el futuro de los datos genéticos de 12 millones de personas es una incógnita

Se trata de la empresa 23andMe que ofrecía servicios para que las personas descubran sus "raíces" a través de la información genética. Tras meses de crisis, la compañía fue adquirida por Regenero Pharmaceuticals.

23andMe, una de las empresas más grandes de genética declaró la guerra. 

23andMe, una de las empresas más grandes de genética declaró la guerra. 

Reuters

Descubrir nuestra propia historia es, desde siempre, una necesidad intrínseca del ser humano. Con este objetivo, durante años diferentes empresas ofrecieron la posibilidad de rastrear nuestros orígenes a partir de una pequeña toma de material genético. Sin embargo, en los últimos días, una de las empresas más importantes de la industria genética quebró y el sueño se convirtió en pesadilla luego de que más de 12 millones de clientes vean cómo sus datos quedaron a la deriva tras la caída de la compañía.

La empresa detrás de esta situación se llamaba 23andMe que, en los últimos días, se declaró en bancarrota y fue adquirida por la cadena de biotecnología Regeneron Pharmaceuticals en u$s256 millones. Así, la caída de este imperio de la industria de los orígenes puso bajo la lupa la discusión sobre la privacidad de los datos genéticos de las personas.

23andMe: la bancarrota que disparó el debate por la privacidad genética

El caso de la compañía estadounidense puso en el centro el debate por la vulneración de la privacidad de las personas. Es que, cada vez más aplicaciones, negocios e industrias solicitan datos biométricos y/o genéticos del usuario, sin que quede claro donde quedan almacenados los mismos, para que son usados y que sucederá con ellos en caso de un suceso extraordinario, como una bancarrota.

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La privacidad de los datos genéticos: uno de los grandes debates tras el surgimiento de nuevas tecnologías.

La privacidad de los datos genéticos: uno de los grandes debates tras el surgimiento de nuevas tecnologías.

La caída de 23andMe fue algo que se veía venir. En los últimos años, la compañía pasó de valer más de u$s6.000 millones a luchar por su supervivencia. Es que su ambiciosa apuesta por desarrollar un modelo basado en investigación de medicamentos, ofrecimiento de consultas médicas por suscripción y ampliación de servicios de salud digital no fue bien recibida.

Hasta el momento, la historia cuadra dentro de cualquier relato de una compañía que toma una mala decisión de negocios y ve caer el fruto de sus ganancias pasadas. Sin embargo, la historia se vuelve particular con el ingreso del comprador, Regeneron Pharmaceuticals.

Es que el acuerdo de venta con la cadena de biotecnología no abarca todo el negocio. De concretarse, Regeneron se quedará únicamente con lo esencial: el servicio de genómica directa al usuario, su biobanco de muestras genéticas y las divisiones de investigación y salud total.

Está situación preocupó a más de 12 millones de usuarios que adquirieron un servicio con la nombrada empresa - aceptando sus políticas de uso de datos - y ahora verán pasar su información genética a manos de una compañía desconocida para ellos. Desde Regeneron prometieron cumplir las normas actuales que mantiene 23andMe pero, persisten las dudas sobre como se gestionará una de las mayores bases de datos genéticos del mundo.

La privacidad genética

La preocupación entorno a los datos genéticos no es una novedad. 23andMe ya protagonizó este debate tiempo atrás a raíz de un suceso de inseguridad en sus bases de datos.

En detalle, en 2023 la compañía fue atacada y, producto de esto, se generó una filtración masiva de datos que afecto a casi 7 millones de personas. Según se detalló en ese momento, los atacantes lograron tener acceso a los perfiles de quienes habían activado la función de “familiares genéticos”, lo que les otorgó entrada a nombres, ubicaciones y porcentajes de ADN compartido entre parientes.

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La empresa ya protagonizó una filtración masiva de datos que afecto a casi 7 millones de personas.

La empresa ya protagonizó una filtración masiva de datos que afecto a casi 7 millones de personas.

Así, una vez más, los casos de compañías con acceso a datos biométricos y genéticos (porcentajes de ADN compartidos, huellas dactilares, escáner de ojos, etc) vuelven a estar en el centro del debate de la privacidad de las personas.

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