25 de mayo 2007 - 00:00

Magistrado analiza citar a cúpula que está en Suecia

Javier López Biscayart
Javier López Biscayart
En España «hacerse el sueco» es una expresión equivalente a hacerse el desentendido, fingir no ver o enterarse de algo para evitarse una incomodidad, un esfuerzo para pasar inadvertido.

Hasta ahora el affaire Skanska parecía circunscribirse a un grupo de gerentes infieles que buscaron enriquecerse a costa de la empresa con la supuesta complicidad de funcionarios corruptos.

Sin embargo, las últimas pruebas recogidas por dos jueces Javier López Biscayart (investiga evasión tributaria) y Guillermo Montenegro ( coimas) conducen a la casa matriz de Skanska en Estocolmo. ¿Suecia fingió no enterarse para no ver o la compañía fue engañada?

Cada juez intenta por su lado componer las piezas para entender por qué la compañía sueca pagó millonarias indemnizaciones por el despido de sus gerentes, pese a que una auditoría interna estableció que pagaron sobornos supuestamente a dos organismos del Estado para obtener las obras públicas de los gasoductos del Norte y del Sur.

La investigación interna estableció que se habían efectuado pagos a 23 empresas de dudosa capacidad operativa, así como también que los conceptos facturados eran atemporales. Los pagos cuestionados ascendían a $ 5.766.900 por el gasoducto del sur (TGS); $1.795.200 por el gasoducto del norte (TGN) y 5.913.800 por la planta compresora de Deán Funes (TGN). En la orden de indagatoria a los ex gerentes de Skanska y de los funcionarios despedidos Fulvio Madaro y Néstor Ulloa, el juez Montenegro concluye que el monto total de los pagos efectuados a los 23 proveedores cuestionados, neto de retenciones, fue de $ 15.692.339,97, ello si se calcula que el total de los montos referidos resulta ser de 13.475,900 + IVA (21%) menos las retenciones efectuadas por Skanska al cancelar dichas operaciones. Esa cifra coincide con la sumatoria de los cheques pagados por la empresa. Otro dato no menor; la suma de 15.692.339,97 resulta ser 5% de los $ 300 millones. Es decir, el valor total aproximado de las sumas percibidas por Skanska en los tres contratos firmados con TGS y TGN. En las grabaciones obtenidas no de forma muy legal a Javier Azcárate (gerente comercial de la compañía) se menciona que por los tres contratos se percibirían 100 millones de dólares.

  • Indemnizaciones

    Por el despido de siete gerentes Skanska pagó cerca de 5 millones de dólares. Los ex directivos aseguran que en la indemnización (poco usual por el elevado monto) se consideró la antigüedad laboral y el éxito de la gestión de los proyectos que Skanska realizó en el país y en el exterior y que tuvo como protagonistas a los gerentes despedidos. Aseguran que la empresa repartió dividendos de las ganancias.

    En la Justicia no cierra ese acto de caridad. Además están los «ignorados» memos de José Alonso, el ex director financiero de la empresa en Latinoamérica, dirigidos a sus superiores en los que denunció « negociados» y fue despedido sin cobrar una moneda.

    «Alguien va a tener que explicar quién ordenó el pago de las indemnizaciones si sabían que los empleados estaban envueltos en un delito», comentaron ayer en los tribunales de Comodoro Py.

    La citación de la cúpula suecapodría presentar un inconveniente, que vuelve asemejar el caso Skanska con la causa IBM-Banco Nación, el escándalo de corrupción que jaqueó al gobierno de Carlos Menem.

    Sucedió cuando cuatro ejecutivos de la casa matriz de IBM, con sede en Estados Unidos, que supervisaron la negociación del millonario contrato con el Banco Nación, se negaron a pisar los tribunales porteños. El entonces juez Adolfo Bagnasco pidió sus extradiciones pero Estados Unidos las rechazó, con el argumento de que «no se habían conseguido suficientes pruebas para demostrar la comisión de un delito».

    Por ahora éste no es un problema que ocupe mucho la atención de los magistrados López Biscayart y Montenegro. Lo que hoy está comprobado es que:

  • Skanska contrató a Infiniti para que le suministrara facturas falsas destinadas a pagos indebidos.

  • El dinero que iba a Infiniti no volvía. Por lo tanto, no se «negreaba» plata para evadir impuestos sino que era para pagar coimas. A quién o a quiénes todavía no está claro, aunque hay dos funcionarios ( Madaro y Ulloa) sospechados de ser los destinatarios de ese 5% que se menciona en la grabaciones.

  • Se investiga si estuvo bien el precio testigo para la ampliación del Gasoducto del Norte que puso TGN o hubo cartelización de Skanska, BTU y Contreras Hnos. Sobre este punto la pesquisa busca establecer si las empresas se cartelizaron para elevar el precio que puso TGN.

    De todos modos los investigadores sostienen que «sin haber sobreprecios igualmente puede haber coimas».
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