9 de enero 2024 - 00:00

La lección de la historia y el reto a corto plazo: la economía que piensa Javier Milei

El análisis del crecimiento en los últimos 2.000 años y su aceleración en el último tramo son el disparador para que el Primer Mandatario explique cuál es su apuesta a futuro. Las similitudes con los ejes que plantea su Gobierno. Relieve a “Capital Humano”. “Estos meses son críticos”, expresa. Si la inflación baja en abril, “pensaría” en eliminar el cepo para provocar “shock de confianza”.

Milei prevé que “el progreso lleva a ingresar a una singularidad en economía, donde la economía dejaría de ser la ciencia de administración de la escasez para convertirse en la ciencia del estudio de la acción humana frente a un contexto de abundancia radical”.
Milei prevé que “el progreso lleva a ingresar a una singularidad en economía, donde la economía dejaría de ser la ciencia de administración de la escasez para convertirse en la ciencia del estudio de la acción humana frente a un contexto de abundancia radical”.

En inglés se suele identificar la economía como la “ciencia lúgubre” (dismal science), expresión acuñada en el siglo 19 por el escritor y filósofo escocés Thomas Carlyle. Con estas palabras hizo referencia a la teoría de Thomas Malthus, un economista que afirmaba que la Humanidad estaba atrapada en un mundo donde el crecimiento demográfico siempre ejercería presión sobre los recursos naturales y traería miseria.

Estas ideas se encuentran en las antípodas del pensamiento de Milei. El Primer Mandatario es un optimista de la economía y está convencido de que los datos confirman que, en el largo plazo, todos los países tendrían el mismo producto per-cápita, afirma entusiasmado.

Este fenómeno es explicado por Milei en distintos trabajos, entre ellos su paper “De los Picapiedras a los Supersónicos Maravillas del Progreso Tecnológico con Convergencia” (Actualidad Económica–Mayo / Agosto 2014). Milei comienza señalando que “Los apocalípticamente pesimistas, desde Malthus, pasando por Ricardo, Marx, Keynes, Harrod y Domar, hasta el Club de Roma, siempre se equivocaron. Analizando la Historia, creer que lo mejor está por venir, aun cuando de tanto en tanto haya una crisis, no es exceso de optimismo”.

Evaluando los últimos 2.000 años de historia, precisa que la tasa de crecimiento se está acelerando. En ese largo período, y como consecuencia de los logros materiales, la tasa de crecimiento del producto per-cápita fue del 0,13% anual, lo cual implicó que el nivel de ingreso se multiplicara 12,9 veces, al tiempo que la población lo hizo en 26,9 veces.

Sin embargo, Milei advierte que hacer la cuenta en las puntas esconde mucha información. Así, “separando la evolución del Producto Interno Bruto por habitante (PIB per-cápita) entre el período que va desde el año 1 al 1.800 y los restantes 200 años, podemos observar que la tasa de crecimiento pasó del 0,02% al 1,1%, mientras que el nivel de ingreso que durante el primer período había crecido en un 40,8% (concentrado en los siglos XIV y XV), durante el segundo período se multiplicó 9,18 veces. Ello implica que durante los últimos dos siglos el crecimiento per-cápita fue 817,7%, siendo del 92,0% en el XIX y 378,1% durante el último”.

Otra forma de observar la aceleración de la tasa de crecimiento es medir en la cantidad de años que demandó duplicar el PIB per-cápita. Al respecto, puntualiza que cronológicamente, el primero en lograrlo fue el Reino Unido que tardó 58 años (1780-1838), luego lo siguieron Estados Unidos con 47 (1839-1886), Japón con 34 (1885-1919), Italia con 21 (1890- 1911), España con 18 (1950-1968), Corea del Sur con 9 (1978-1987) y China con 7 (1987-1994).

P9 - GRAFICO PBI mundi_opt.jpeg

Capital humano

Milei considera que la aceleración de la tasa de crecimiento no puede atribuirse solamente a las fuerzas de la acumulación de factores productivos (capital y trabajo). Al respecto, sostiene que “para conciliar esta aceleración del crecimiento con el proceso de acumulación, el cambio tecnológico tiene que aumentar con el paso del tiempo a un ritmo lo suficientemente rápido como para contrarrestar las limitaciones de la producción”. De ahí se desprende la importancia que le asigna al capital humano.

Milei prevé que “el progreso lleva a ingresar a una singularidad en economía, donde la economía dejaría de ser la ciencia de administración de la escasez para convertirse en la ciencia del estudio de la acción humana frente a un contexto de abundancia radical”.

Tras considerar que “un mundo mucho mejor es posible”, Milei detalla qué se debe hacer para alcanzar dicha meta y para acelerar el proceso de transición, en lo que bien puede asociarse a los ejes de su programa de gobierno.

En ese sentido, sostiene que “es necesario: estimular la formación de capital humano (salud y educación), mantener baja la inflación, preservar el equilibrio fiscal, fomentar el comercio exterior y la competencia, flexibilizar el mercado laboral (para nuevos ingresantes), estimular al ahorro vía una macro estable y proteger los derechos de propiedad para que la inversión no sólo provea el stock de capital para producir más sino también para que ello traiga consigo el progreso técnico que permita un salto en la productividad, en los salarios reales y en el consumo”.

Desde ya, para alcanzar estos objetivos de largo plazo, el presidente está preocupado por estabilizar la economía en el corto plazo. “Estos meses son críticos”, suele afirmar.

En tal sentido, confía en que la aplicación de su programa de ajuste fiscal y la política monetaria restrictiva produzcan una baja sensible de la inflación a partir de principios de abril. Comenta que “si eso ocurre, hasta podríamos llegar a pensar en eliminar el cepo, lo que provocaría un shock de confianza”.

Dejá tu comentario

Te puede interesar