27 de mayo 2025 - 11:23

Alcohol: por qué el cuerpo te va a agradecer dejar de consumirlo, según la ciencia

Lejos de la idea de que sea un relajante, el alcohol puede alterar ciclos claves de la vida humana. La dificultad en dejarlo se debe a su arraigo cultural.

Los pequeños cambios generan grandes resultados, destacan los expertos.

"Los pequeños cambios generan grandes resultados", destacan los expertos.

Frente a la costumbre popular de consumir alcohol, cada vez más expertos se suman a desarmar esta idea instalada, incluso en casos moderados. El especialista en longevidad Gary Brecka advierte que se pueden ver perjudicados órganos clave, además de deteriorarse funciones cognitivas y alterar el equilibrio emocional.

En un episodio de The Ultimate Human Podcast, Brecka abordó los efectos fisiológicos del alcohol y presentó datos para repensar su consumo cotidiano. Por ejemplo, que figura entre las cinco principales causas de enfermedades crónicas a nivel global, o que es un factor para desarrollar patologías graves como cáncer, daño cerebral y hepático, y trastornos del sueño y de la salud mental.

Entre sus efectos inmediatos, inhibe la hormona antidiurética lo que lleva a la deshidratación, seguida de fatiga, letargo y dificultad para concentrarse. Incluso en dosis moderadas, puede impactar cognitivamente en la memoria, la atención y el tiempo de reacción durante al menos veinticuatro horas.

Alcohol: cómo son los daños a largo plazo

El consumo crónico de alcohol puede generar hígado graso, inflamación hepática y cirrosis, tres causas de mortalidad relacionada con el hígado en países occidentales. El alcohol se transforma en acetaldehído, una sustancia tóxica que daña las células hepáticas y afecta el metabolismo.

El alcohol es un carcinógeno de Grupo 1, lo que implica una relación directa con varios tipos de cáncer”, advirtió Brecka, en referencia a tumores de boca, garganta, hígado, colon y mama. Estudios citados por el presentador indican que consumir entre una y seis bebidas por semana incrementa el riesgo de cáncer de mama en mujeres en un 24%.

A nivel neurológico, su consumo prolongado acelera la atrofia cerebral en las áreas de la memoria y el aprendizaje. Además, el riesgo de demencia es un 10% mayor en quienes beben en exceso en comparación con quienes beben poco o nada.

Pareja tomando Gin bebidas con alcohol Gin Tonic (1).jpg
Entre sus efectos inmediatos, inhibe la hormona antidiurética lo que lleva a la deshidratación.

Entre sus efectos inmediatos, inhibe la hormona antidiurética lo que lleva a la deshidratación.

Impacto en el sueño y la salud mental

Lejos de ser un relajante, el alcohol interfiere con el sueño: reduce la fase REM (equilibrio emocional y consolidación de la memoria) y las ondas lentas, necesarias para la recuperación física. Las consecuencias incluyen insomnio, irritabilidad y fatiga diurna.

“Si te despiertas cansado e irritable, el alcohol podría ser un factor determinante. A largo plazo, puede provocar insomnio crónico, depresión y apnea del sueño”, explicó Brecka, de acuerdo con lo publicado en YouTube. Este deterioro del sueño se asocia con un aumento de los síntomas depresivos y afecta de forma directa la calidad de vida.

Brecka advirtió que la reducción de su consumo resulta difícil por su arraigo cultural, social y la presión del entorno. Su asociación a la celebración, la relajación y la pertenencia puede asilar a quienes quieren dejarlo, por lo que optan a reducir su dosis en vez de abandonarlo por completo.

Beneficios de reducir o eliminar el alcohol

Entre los beneficios notorios, Brecka señaló que de dos a cuatro semanas de abstinencia, personas con consumo excesivo muestran mejoras hepáticas y reducción de la inflamación. El sueño adquiere mayor calidad y claridad mental. “Despertar cada día descansado y con la mente clara es uno de los cambios más notorios”, destacó el presentador.

Brecka sugirió comenzar con pasos simples:

  • Reducir la frecuencia de consumo
  • Eliminar el alcohol un día a la semana
  • Establecer límites claros antes de eventos sociales

También recomendó alternativas como cócteles y bebidas sin alcohol. Otra opción es elegir opciones de planes y actividades que no incluyan alcohol —como paseos al aire libre, clases de ejercicio o noches de juegos. “Los pequeños cambios generan grandes resultados. Eso es ciencia”, concluyó el experto.

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