Bodegas: uno de los mayores distribuidores mundiales de vinos armó en Argentina una empresa para exportar
La firma inglesa Boutinot Wines firmó una joint venture con la bodega mendocina Urqo. Buscarán vinos por todo el país para enviar al exterior.
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Bodega Urqo, con base en Valle de Uco, es propiedad de la familia Urquía, controlante también de Aceitera General Deheza.
La firma inglesa Boutinot Wines es una de las mayores distribuidoras de vinos del mundo. Tiene sede en Reino Unido, pero sus ramificaciones llegan a una docena países, entre ellos la Argentina, donde puso en marcha un proyecto que puede ayudar a incrementar las alicaídas exportaciones locales.
La nueva apuesta es la conformación de una joint venture con la bodega mendocina Urqo para la conformación de una empresa denominada Azul y Blanco. El objetivo de esta sociedad es proveer de vinos y etiquetas argentinas para alimentar el negocio de comercialización que el gigante británico tiene montado internacionalmente.
El acuerdo abre una puerta de salida al mundo no sólo para Bodega Urqo, sino para la producción de vino a granel de todo el país, ya que la pata argentina del convenio se encargará de buscar en una geografía flexible oportunidades de provisión para su socio internacional.
“Este es un acuerdo donde Urqo va a manejar la parte productiva, la parte del diseño y la provisión del vino y Butinot con su red internacional se ocupará de la parte comercial. Y entre los dos vamos a hacer el desarrollo de los nombres, de las etiquetas y de las marcas”, detalló en una entrevista con Ámbito el gerente general de Urqo, Federico Ruiz.
Bodega Urqo es propiedad de la familia Urquía, a su vez accionistas de Aceitera General Deheza, uno de los grupos económicos más grandes de Argentina.
Su CEO y propietaria es Dolores Urquía, quien explicó a Ámbito: “La bodega es de mi padre Roberto, mi madre y mis hermanas, es decir, una parte de la familia Urquía. No forma parte de Aceitera General Deheza donde mi familia es accionista”.
“Somos un proyecto nuevo para esta industria. Arrancamos hace 15 años, primero con la tierra y la finca y hace seis años construimos una bodega. Ya tenemos tres fincas, todas en el Valle de Uco, de allí surge el nombre de Urqo, que mezcla Urquía con Uco”, añadió.
“Tenemos 250 hectáreas productivas divididas en tres fincas y una bodega con capacidad de producción de 4 millones de litros. Nos abastecemos con uva propia. Siempre tuvimos la idea de mixear el mercado interno con la exportación. Es parte del chip familiar”.
“Hace tres años empezamos con los vinos embotellados y ahora surgió la oportunidad de hacer la joint venture con Boutinot para avanzar más en ese rumbo exportador”, comentó.
Según explicó Federico Ruiz, Boutinot Wines está radicada en Manchester, Inglaterra. Su fundador fue Paul Boutinot, un inglés hijo de franceses que hace 10 años vendió la empresa a un grupo de gerentes.
Los nuevos dueños dieron el gran salto hacia la internacionalización de la distribuidora, que hasta ese momento sólo hacía transacciones entre el Reino Unido y Francia.
Para eso armaron una estructura productiva nueva. Compraron bodegas y viñedos en Sudáfrica, en Nueva Zelanda y en Francia. En este último país tienen alquilada una planta de embotellado y un depósito, a donde llevan vinos a granel de distintas partes del mundo, los etiquetan con marcas propias y los revenden en todo el mundo.
Pero fueron adaptando su modelo de negocios según los países. Donde por diferentes razones no consideran conveniente comprar activos, establecen acuerdos con productores locales. La primera experiencia de este tipo la hicieron en Italia, firmando una joint venture con una cooperativa vinícola del Piamonte. Y ahora resolvieron repetir ese esquema en Argentina.
“Este acuerdo básicamente establece que desde Azul y Blanco vamos a salir a desarrollar marcas nuevas para ser vendidas en Inglaterra y en el mundo”, resumió Federico Ruiz.
Oportunidades y desafíos en el mercado internacional del vino
Periodista: ¿Cómo fue el proceso que concluyó con la creación de esta nueva empresa conjunta?
Federico Ruiz: “La relación comenzó tímidamente hace unos años, cuando empezamos a enviarles algunas muestras de vinos que teníamos en los tanques de Urqo para que tuvieran idea de lo que producimos y se mostraron muy impresionados. Al poquito tiempo hicieron un viaje a la Argentina y a partir de esa visita nos empezaron a comprar vino a granel para ser utilizado en alguna de las etiquetas que ellos ya tenían. El vínculo se fue profundizando hasta que nos propusieron avanzar en algo más que ser un proveedor. Y se armó esta sociedad”, recordó.
“Azul y Blanco va a trabajar siempre con vinos de Argentina y principalmente del Valle de Uco, producidos por nosotros. Pero la idea es que sea un acuerdo amplio, donde eventualmente si vemos oportunidades para hacer negocios con vinos de otras zonas de Argentina se puedan concretar también, ya sea comprando uva o comprando vino en alguna otra zona”, añadió.
“Esos vinos no van a salir con etiqueta de Urco, van a salir con las etiquetas del joint venture, porque Urqo tiene el sello del Valle de Uco y todo lo que nosotros producimos lo hacemos a partir de los viñedos propios en el Valle de Uco. Pero lo que esté bajo el paraguas del acuerdo puede ser vino producido en cualquier punto del país”, completó.
P: ¿Cómo se decide si el vino argentino que ustedes van a proveer es a granel o embotellado?
FR: Puede ser a granel o puede ser embotellado, dependiendo del destino y dependiendo del negocio. Habrán algunos destinos y algunos clientes que por diferentes motivos necesitan o prefieren que el vino salga envasado de origen. En todos los proyectos de la sociedad las puertas están abiertas para que el vino sea envasado acá o sea envasado en Francia dependiendo de lo que pide el cliente y dependiendo el destino y las conveniencias del negocio. Eso también es parte de los beneficios de la joint venture.
P: ¿Hay mucha diferencia de costos entre una opción y la otra?
FR: Envasarlo en Europa minimiza costos, porque al mandar el vino a granel y envasarlo en Francia, uno termina con el costo de la botella más barato llegando al cliente que si sale envasado de acá. En un contenedor con vino a granel se pueden mandar 24 mil litros de vino y cuando va embotellado mandás aproximadamente 10 mil litros de vino. Al sumar los costos de la botella del corcho, de la etiqueta, de la caja, se llega a costos que son muy parecidos entre Europa y acá. Entonces al final termina siendo más barato envasar allá. Pero hay clientes, negocios, destinos, donde es conveniente envasarlo en origen en Mendoza. Y así se hará.
P: ¿Qué opina del contexto actual en que las exportaciones argentinas de vinos no logran despegar?
FR: Las exportaciones de vino argentino, creo que desde el 2013, están chatas. Crecen 1% y luego bajan 2%, así. Pero Argentina tuvo un crecimiento muy grande y muy importante, y después, desde hace más de una década, ha habido un amesetamiento grande. Hay miles de conjeturas respecto de por qué pasó esto, pero este es un dato duro. Argentina de la mano del Malbec logró rápidamente conquistar una porción del mercado de vinos del mundo súper interesante pero hemos tenido dificultades para hacerla crecer”.
“Y a todo esto se le suma algo puntual de los últimos dos años donde ya no es un problema de Argentina sino del negocio a nivel mundial. La categoría “vinos” en los últimos dos años ha empezado a sufrir bastante. El negocio en todo el mundo se ha achicado, hay menos consumo, y eso claramente está haciendo que la mayoría de los países, la mayoría de los orígenes y de toda la cadena de distribución esté sufriendo caídas.
Dolores Urquía: A este diagnóstico agrego también que Argentina no ha sido un país con vigencia de convenios bilaterales como sí lo es Chile. Entonces, un vino chileno tuvo muchas más posibilidades de introducirse al mundo quizás que un vino argentino. Por las cuestiones de aranceles y de convenios bilaterales, que es algo que desde la industria siempre venimos insistiendo y pidiendo para poder competir con los vecinos que son muy fuertes.
P: ¿Cuánto cree que puede afectar al negocio del vino ese cambio de hábitos de los consumidores, que buscan vinos más ligeros, con menos alcohol?
FR: Eso es algo que está pasando. La tendencia a vinos más ligeros, con menos alcohol o sin alcohol, es algo que está sobre la mesa de debate. Pero en cualquier caso podríamos decir que eso sigue siendo vino y cuando decimos que el consumo de vino se cae, se cae todo, toda la categoría de vino. Todo lo que producimos las bodegas a partir de uva es un negocio que se cae. Entonces me parece que la explicación a la caída tiene más que ver quizá con bebidas alternativas, con costumbres generacionales. En el caso de Estados Unidos, una de las explicaciones que se escucha es la legalización de la marihuana que va también en detrimento del consumo de vino y de alcohol en general.
P: ¿Qué estrategia adoptan desde Urqo frente a este panorama global?
DU: Nosotros desde Urqo estamos mirando con atención esa tendencia, pero no estamos en estos momentos produciendo nada ceñido a esa tendencia; aunque no quiere decir que no lo hagamos en el futuro.
Más allá que el consumo esté sufriendo, nosotros estamos muy confiados siempre de las oportunidades de nicho. Estamos concentrados en consolidar y en hacer muy bien lo que queremos hacer, que es hacer grandes vinos del Valle de Uco, de nuestros viñedos propios, que las botellas hablen y comuniquen el suelo, el clima, la variedad, el origen y también la familia, la bodega. Somos un equipo chico y estamos súper comprometidos con el proyecto y súper comprometidos con el estilo y con el trabajo que se hace detrás de cada botella de vino.
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