Vicentin transita la instancia más crítica desde que estalló su default. Con el proceso de cramdown ya en marcha, cinco empresas agroindustriales se inscribieron formalmente para competir por el control de la histórica cerealera, en un movimiento que busca garantizar su continuidad y evitar la quiebra. El plazo para presentar las primeras manifestaciones de interés vence este viernes y abre una cuenta regresiva para definir el futuro de la compañía.
Vicentin suma interesados: cinco empresas ya se anotaron para tomar el control y evitar la quiebra
El cramdown avanza con grupos agroindustriales que buscan quedarse con la cerealera. El plazo para inscribirse vence este viernes y crece la expectativa por nuevos jugadores.
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Vicentin entró en default en diciembre de 2019 con deudas superiores a los u$s1.300 millones.
Según consta en el expediente concursal, ya se anotaron Molinos Agro, Commodities SA, Bioenergías Agropecuarias, Barbero Cereales y Yabitel SA. Todas ellas cumplieron con el requisito impuesto por el juez civil y comercial de Reconquista, Fabián Lorenzini, quien determinó que la inscripción previa es obligatoria para cualquier firma que pretenda participar de la etapa decisiva, cuando se pongan sobre la mesa las ofertas concretas para sanear pasivos y seducir a los acreedores.
Molinos Agro y Grassi, protagonistas
Entre los anotados sobresale Molinos Agro, controlada por el grupo Pérez Companc, que durante años compartió el puerto de San Lorenzo con Vicentin y fue socio en la creación de Renova, la planta aceitera más grande del mundo. Su participación alimenta las expectativas del mercado sobre un posible rescate que asegure la operatoria y preserve empleos.
Por su parte, Commodities, ligado a la familia Grassi, aparece como el principal acreedor comercial del concurso y desde el inicio del conflicto dejó en claro su objetivo de quedarse con la porción más valiosa del negocio. Completan el lote Bioenergías, que tiene base en Villa Ocampo y busca activos del nodo norte; Yabitel, azucarera tucumana interesada en esas mismas plantas; y Barbero Cereales, un fuerte acopio cordobés.
Lo cierto es que aunque hasta ahora son cinco los grupos que cumplieron con la inscripción, se espera que aparezcan otros pesos pesados. Se menciona un posible consorcio entre Bunge y ACA, interesados en quedarse con el paquete accionario mayoritario, incluidos los activos de Renova. La meta del juez Lorenzini es clara: cerrar el proceso antes de fin de año y así poner punto final a uno de los concursos más prolongados y polémicos del sector.
Un salvataje contrarreloj
El proceso de cramdown se activó luego del rechazo judicial al acuerdo que Vicentin había cerrado con un grupo de acreedores financieros. La firma arrastra desde diciembre de 2019 un pasivo cercano a u$s1.300 millones y los interventores ya advirtieron que la deuda posconcursal supera ampliamente los u$s30 millones, con un capital de trabajo negativo y operaciones que solo se mantienen por contratos de fasón.
Ahora, con el pre-registro en curso, el tribunal definirá en breve si convoca a una audiencia para garantizar el acceso igualitario a los balances y documentos clave, antes de abrir la etapa formal de ofertas, designar evaluadores independientes y llamar a la votación de los acreedores.
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