El termómetro del ánimo del agro argentino marca un claro enfriamiento. Según el último relevamiento del Ag Barometer Austral, que elabora la Universidad Austral con Data Partners, el índice que mide la confianza del productor cayó un 5% en mayo-junio respecto a marzo, bajando de 137 a 130 puntos. Pero lo que enciende las alarmas es la caída del 19% en la visión del negocio a 12 meses, el mayor desplome entre todos los indicadores medidos.
El campo perdió un 19% de confianza en el futuro del negocio y vuelve a frenar inversiones
Un informe sectorial muestra la caída más fuerte en expectativas futuras desde 2024. Los productores miran con cautela la política, los mercados globales y los costos en dólares.
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De hecho, el índice que captura el pronóstico de los productores sobre cómo estará el sector dentro de un año descendió de 132 a 107 puntos, un retroceso abrupto que deja en evidencia la fragilidad del escenario. Esto ocurre en un contexto donde la volatilidad ya acumula cuatro mediciones consecutivas con saltos y retrocesos, desde noviembre del año pasado.
Presente frágil y freno en inversiones
El informe muestra que el Índice de Condiciones Presentes bajó de 100 a 94 puntos, entrando en terreno negativo. Dentro de ese deterioro, la mayor presión proviene de la caída en las Expectativas de Inversión, que pasaron de 82 a 75 puntos, un retroceso del 8,5% en dos meses, y un derrumbe del 32,5% respecto de noviembre, cuando se ubicaban en 111.
Hoy, seis de cada diez productores (63%) cree que no es momento para realizar inversiones en activos fijos, como maquinaria, tierras o bioenergía, frente a un 37% que mantiene una visión positiva. El relevamiento destaca que esa percepción negativa persiste a pesar de los repuntes estacionales que suelen registrarse en marzo, cuando bancos y fábricas lanzan agresivas campañas.
“Para invertir, el productor necesita rentabilidad, pero también reglas de juego estables por al menos cinco años, algo que hoy no existe”, advierte el informe. Con precios internacionales debilitados, inflación de costos en dólares y tasas reales altas, las decisiones de compra de bienes de capital siguen en stand by.
Retenciones y ventas de granos
El estudio también desmenuza cómo reaccionó el productor frente al fin de la baja parcial de las retenciones a la soja y al maíz, que venció el 30 de junio. En la primera etapa, apenas un 28% había concretado ventas anticipadas, mientras que la mayoría (68%) prefirió esperar. Sin embargo, a medida que el mercado descontó que no habría prórroga, un 72% terminó cerrando operaciones antes del regreso pleno del tributo.
Así, la medida tuvo un efecto acotado y algo tardío: si bien permitió mejorar márgenes en el corto plazo, no generó un boom temprano de ventas ni impulsó inversiones duraderas.
Ganadería, la carne mira con optimismo
Un dato que aparece como excepción parcial es la ganadería. El índice FAO muestra que en mayo los precios internacionales de la carne vacuna tocaron máximos históricos, lo que se trasladó también a los valores de exportación argentinos. Esto permitió compensar la caída en los volúmenes enviados al exterior.
El estudio señala que, si se consolidan estos precios, podrían comenzar procesos de retención de vientres e inversiones para recomponer un stock que hoy ronda los 52 millones de cabezas, lejos del pico de 60 millones en 2007. Esto sería clave para abastecer un consumo interno que exige 48 kilos per cápita y para responder a la demanda externa, cada vez más dinámica.
Un combo complejo de incertidumbres
¿Por qué se desploma la confianza hacia el futuro? El informe pone en foco un cúmulo de factores: los conflictos bélicos globales, las medidas erráticas de Donald Trump, la caída de los precios internacionales de granos, la persistencia de las retenciones en soja y maíz, los altos costos logísticos, el deterioro de infraestructura, la inflación en dólares de los insumos y las tasas reales en pesos todavía muy elevadas.
En síntesis, aunque el campo sigue mostrando resiliencia, y una capacidad notable para sostener la producción e incorporar innovaciones, la caída del 19% en las expectativas a 12 meses muestra sin anestesia el costo de la incertidumbre. Hoy, el productor argentino opera con el freno de mano puesto, esperando que el panorama político y económico despeje el camino antes de volver a apostar fuerte.
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